Después de cruzar la barrera de las cinco décadas, Penélope Cruz ha decidido abrir un poco más su vida familiar. A sus 51 años, la actriz española rompe el silencio que mantenía para proteger a sus hijos de las luces de Hollywood. Recientemente, sorprendió a sus seguidores con un post muy tierno. Su hijo Leo, de 14 años, fotografió el Barclay’s Center de Brooklyn, y Penélope compartió la imagen con varios corazones. Totalmente babosa, como confesó la propia actriz.
Este gesto mostró a una Penélope más cercana y abierta. Durante su reciente visita a Nueva York, su ciudad favorita, fue Leo quien retrató las distintas actividades familiares junto a Javier Bardem y su hija Luna, que cumplió 12 años el 22 de julio. Según ha publicado El Diario de Cuyo, la actriz ha comenzado a permitir que sus hijos participen en ciertos eventos públicos, como entrevistas y programas de televisión, mientras mantiene un cuidado extremo sobre su privacidad y el uso de la tecnología.
A pesar de esta mayor apertura, Penélope y Bardem siguen estableciendo límites claros. Sus hijos no pueden usar redes sociales hasta cumplir los 16 años. La actriz reconoce que esta decisión la coloca en una pequeña minoría de padres que protegen la infancia frente a la presión digital. “Intentamos que crezcan con normalidad”, ha comentado en varias entrevistas, dejando claro que la familia es su prioridad por encima de todo.
Penélope ha hablado abiertamente sobre cómo vivió su cumpleaños número 50. Para ella, los 50 no son un límite, sino el inicio de la segunda mitad de su vida. “Ahora tengo la fantasía de vivir al menos hasta los 100 años”, confesó. La actriz mantiene un estilo de vida muy consciente. Practica Bikram yoga y meditación transcendental, sigue una dieta orgánica y cuida su piel con rutinas de cepillado en seco y rodillo de jade.
A lo largo de su carrera, Penélope ha demostrado que la disciplina y el amor propio no están reñidos con la maternidad. Su ejemplo refleja cómo se puede equilibrar la vida profesional con la personal sin sacrificar la felicidad de los hijos. Cada paso que da, ya sea frente a la cámara o en la vida cotidiana, lo hace con fuerza y resiliencia. Ser madre no le ha quitado protagonismo; al contrario, le ha dado una nueva dimensión de amor y propósito.
Penélope Cruz sigue siendo un ícono, no solo por su talento y belleza, sino también por su capacidad de mantenerse auténtica, equilibrada y cercana a su familia, demostrando que ser madre todoterreno es una hazaña que combina pasión, paciencia y mucho corazón.