Peligra el ‘caso Nacho Cano’: la víctima medita volver a México al no poder renovar sus papeles debido a la ‘mafia de las citas’ de Extranjería

La bailarina tiene que renovar sus papeles de estancia en España pero carece de medios para pagar los 500 euros que se piden por una cita policial

Peligra el caso judicial de la bailarina mexicana Lesly Guadalupe, de 28 años, relacionado con un supuesto delito contra los derechos de los trabajadores en el que está como investigado el músico Nacho Cano, componente del mítico grupo Mecano.

El motivo, que afecta a miles de migrantes, es que en Madrid existe una red de despachos de abogados que se sirven de aplicaciones informáticas con algoritmos que, ante la impotencia de la policía, les permiten ipso facto apoderarse de las citas que habitualmente saca la Brigada de Extranjería.

Estas citas las facilita vía Internet la policía para los migrantes interesados en renovar su documentación o solicitar el denominado NIE, una suerte de DNI especial de estancia en España.

Lesly Guadalupe, la víctima del caso Nacho Cano, tiene dos procedimientos judiciales abiertos en Madrid, uno de ella contra Nacho Cano por favorecer la inmigración ilegal y por delitos contra los derechos de los trabajadores; y otro, del músico contra ella, por coacciones.

Lesly está estudiando regresar a México, aunque este no es su deseo, si persiste su situación y no puede arreglar los papeles.

El músico, que fue detenido el 9 de julio de 2024, habría favorecido supuestamente la inmigración ilegal de una veintena de becarios bailarines mexicanos que se trajo a Madrid para intervenir en la obra La Malinche, que dirige Nacho Cano.

Uno de los becarios que se trajo fue la bailarina Lesly Guadalupe, que fue expulsada de los ensayos en Madrid de la obra sin un aparente motivo.

La joven estuvo durante dos días con sus noches deambulando por Madrid sin saber donde ir, hasta que la policía la encontró y levantó un atestado con todo lo que le contó la bailarina.

Cano pagaba a los becarios 300 euros mensuales y un hostal donde dormían casi hacinados en pequeñas habitaciones.

Lesly se halla en la actualidad, desde hace algo más de una semana, en situación irregular en España, ya que no ha podido renovar la documentación que le permitía estar y trabajar en España.

Y si la situación persiste, y antes de que la policía pueda detenerla, la joven está meditando volver a su país. Aunque ese no es su deseo.

Lesly Guadalupe ha estado en la Brigada de Extranjería de la avenida de los Poblados y los agentes le han comentado que para renovarle la documentación debe disponer de la oportuna cita.

Resulta que, en torno a las citas policiales para cuestiones de migración, hay una auténtica mafia que acapara las citas y luego las vende a los migrantes por entre 400 y 500 euros cada una.

La policía de Extranjería saca a través de Internet periódicamente a través de Internet las citas para atender a los usuarios, pero las mafias se las quedan todas, las acaparan, para luego venderlas.

Hacen acopio de ellas través de programas informáticos con determinados algoritmos que les permiten apropiarse de todas las citas justo en el momento en que la policía las difunde en su web cara al público.

Lesly está siendo víctima de estas mafias.

Encontrar cita normalmente a través del ordenador es una odisea. Habitualmente no hay citas.

De tal forma que los miles de migrantes que hay en Madrid tienen que acudir a estas mafias, normalmente despachos de abogados, que las facilitan, sí, pero previo pago de 400 o 500 euros.

Lesly ha explicado a Fuentes Informadas que, para poder permanecer en Madrid y atender los requerimientos relacionados con las dos causas que hay abiertas y que le afectan en los juzgados 19 y 22 de la plaza de Castilla, debe poder renovar los papeles.

Mientras se sustancian ambas causas, Lesly necesita tener la documentación en regla y, además, poder trabajar para sobrevivir en Madrid y esperar al juicio.

Pero el periodo de renovación ya ha expirado y ella no ha podido conseguir dinero, ni dispone de medios para pagar una cita a las mencionadas mafias.

Hasta ahora ha estado dando clases de baile, pero lo que gana no es suficiente para mantenerse en España y, además, eso no le da para pagar los 400 o 500 euros que le cuesta la cita, el alquiler de la habitación en la que vive y demás gastos alimenticios.

Lo de las citas es un mercado negro, que se mueve en el límite de la legalidad y que la policía, que es consciente de lo que está sucediendo, no ha podido combatir hasta el momento.

El aro de las mafias

Son cientos los migrantes que necesitan conseguir cita ante la policía para tramitar sus papeles, y que se ven abocadas a pasar por el aro de unas mafias que se están enriqueciendo gracias a que acaparan las necesarias citas.

Sin cita, la policía no atiende. Y por el conducto normal es casi imposible obtener una. Esto les está sucediendo a Lesly.

Los agentes de extranjería de la avenida de Los Poblados indicaron a Lesly que no podían hacer nada si no traía cita y la enviaron al registro civil de la calle Pradillo para que intentase gestionar allí la renovación. Pero ni siquiera la atendieron.

En este momento, la bailarina está, pues, al albur de cualquier contingencia, por lo que no descarta tener que abandonar España si no se le ayuda a renovar la documentación.

Esto pondría en jaque las diligencias judiciales que se tramitan por el caso Nacho Cano. Si finalmente hubiera juicio, la denunciante no podría asistir si decide volver a México.

Y si así fuera, el principal beneficiado sería el propio Nacho Cano, que está siendo investigado en el Juzgado de Instrucción 19 de Madrid por los citados delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal y por un delito contra los derechos de los trabajadores.

Además, el Juzgado 22 tiene abiertas diligencias contra ella por supuestas coacciones merced a una denuncia de Nacho Cano en la que ha presentado whatsaapp que, según él, avalan que Lesly, tras despedirla él, le amenazó con acudir a la prensa.

Los whatsaapp en realidad no acreditan ninguna coacción, por lo que es previsible que este asunto sea archivado.

Según Lesly Guadalupe, ella fue despedida muy posiblemente, no por una cuestión artística ni por crear mal ambiente en el grupo, que es lo que ha contado el músico.

En realidad, la causa pudo ser un beso. Es decir, que Nacho Cano ordenó que la echasen del espectáculo y volviera a México después de que Lesly, sin querer ni pretenderlo, viera al músico besándose con su jefa de producción en un reservado de la discoteca Kapital de Madrid.

De hecho, al día siguiente de ver el beso, la jefa de producción fue al hostal donde pernoctaban los bailarines mexicanos y le dijo a Lesly que no encajaba en el grupo y que le estaban sacando los billetes para que volviera a México.

Lesly no entendía nada y se negó a irse. Para venirse a Madrid para la obra de La Malinche, la bailarina dejó varios trabajos en México y no le parecía justo que sin ninguna causa la despidieran. «Todo fue porque vi lo del beso. ¿Y yo que culpa tengo?», se lamenta la bailarina.

Nacho Cano ha echado la culpa a la policía asegurando que su detención forma parte de una estrategia del Gobierno de Sánchez para acabar con él por su amistad con la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso.

La investigación realizada por este periódico apunta, en cambio, a que nada tiene que ver la política en este asunto.

Y se orienta más a un impulso del músico, poco meditado, al ver que Lesly, sin querer, le vio dándose un beso con una de las ejecutivas de su productora.