Los expertos resaltan la necesidad de abordar las desigualdades económicas para combatir la salud infantil precaria
La vulnerabilidad económica, social, cultural y educativa, se identifica como un factor que contribuye al sobrepeso y la mala alimentación, según advierte el doctor Juan Rodríguez, pediatra de Atención Primaria. Rodríguez señala que muchos productos menos saludables son económicamente más accesibles, resultando en que numerosas familias consuman escasas cantidades de verduras, frutas o pescado debido a su limitado poder adquisitivo.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) destaca que, a pesar de la implementación de la dieta mediterránea en España, las cifras de sobrepeso infantil son alarmantes. Un problema significativo es la carencia de sustitutos para alimentos básicos no procesados como la carne o el pescado, lo que complica encontrar alternativas nutricionales viables y asequibles.
Nutrición saludable y educación culinaria
Desde el punto de vista nutricional, la AEPap subraya que la comida saludable se basa en alimentos primarios como legumbres, hortalizas, verduras o pescado, que, en muchas ocasiones, requieren preparación. El doctor Rodríguez enfatiza la necesidad de enseñar a niños y adolescentes a cocinar, considerándolo una inversión en salud a largo plazo.
El aumento del servicio de entrega a domicilio se menciona como un factor que facilita el acceso a comida rápida sin la necesidad de desplazarse, afectando negativamente los hábitos alimenticios de algunas familias. La lucha contra el sobrepeso y la obesidad se presenta como un desafío para el sistema sanitario y la sociedad en general, requiriendo el compromiso de toda la sociedad para revertir esta epidemia, concluyen desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.
En el marco de esta preocupación, los pediatras se comprometen a seguir abogando por medidas que reduzcan las desigualdades económicas y promuevan un acceso equitativo a una alimentación saludable para todos los niños. La atención temprana y la conciencia pública son cruciales para revertir la tendencia actual y garantizar un futuro más saludable para las generaciones venideras.