Patrimonio Nacional ha anunciado que esta semana se reanudan las visitas guiadas a la histórica piscifactoría de truchas ubicada en los jardines del Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, en Segovia. Esta instalación, considerada la primera de su tipo en España, se ha convertido en una de las propuestas más valoradas por el público dentro del programa conmemorativo del enclave.
Las visitas se llevarán a cabo entre el 27 de junio y el 19 de diciembre, siempre por la tarde: a las 18:00 horas durante los meses de verano (junio a septiembre) y a las 16:00 horas en otoño e invierno (octubre a diciembre). La actividad tiene una duración aproximada de una hora y se organiza en grupos de hasta 30 personas. Las entradas, con un coste de 4 euros, deben adquirirse previamente a través de la web de Patrimonio Nacional.
El recorrido comienza en el Puente de los Suspiros, dentro de los jardines históricos del Palacio Real de La Granja, junto al Estanque del Mar. Desde allí, los visitantes realizarán un paseo por el perímetro del estanque hasta llegar a la piscifactoría. Se recomienda acudir con calzado cómodo, ya que el terreno puede resultar irregular, y se advierte que la actividad no es accesible para personas con movilidad reducida.
Gracias a un detallado proceso de restauración y documentación histórica, la piscifactoría se presenta hoy en su estado original, ofreciendo una experiencia inmersiva que permite conocer cómo era su funcionamiento en el pasado. Paneles informativos distribuidos por el recinto muestran las distintas fases de la cría de truchas, desde la captura y el desove hasta la liberación de los alevines en los ríos.
Se trata de una oportunidad única para acercarse a la historia de la acuicultura en un entorno natural privilegiado, al pie de la Sierra de Guadarrama. El espacio combina valor ecológico y legado científico, en un recorrido didáctico que conecta ciencia, patrimonio y medio ambiente.
Fundada en 1867 por iniciativa del científico Mariano de la Paz Graells y bajo el patrocinio de Francisco de Asís, esposo de Isabel II, la piscifactoría aprovechó las aguas frías y abundantes del Real Sitio para desarrollar una actividad pionera en España. Durante décadas, las truchas criadas allí repoblaron los ríos cercanos, hasta que el centro cerró en la primera mitad del siglo XX.