El pasado mes de junio la cantante se convertía en la primera artista española en conseguir que una canción en solitario alcanzase los 1.000 millones de reproducciones en Spotify
Mientras ERC deshojaba su estrecha margarita, cada vez más famélica a causa de rufianes y conductas con el mismo nombre, la otra España, “la que huele a caña, tabaco y brea”, sufría las irregularidades de un reparto “singular”, al que “tiene derecho”