El Pontífice hace un llamamiento a las naciones más ricas del mundo para que decidan perdonar los pagos pendientes de los países que nunca podrán pagarlas
Mientras ERC deshojaba su estrecha margarita, cada vez más famélica a causa de rufianes y conductas con el mismo nombre, la otra España, “la que huele a caña, tabaco y brea”, sufría las irregularidades de un reparto “singular”, al que “tiene derecho”