Hoy: 21 de diciembre de 2024
“Este hecho no quedará impune y los responsables serán detenidos”, Omar García Harfuch, 18.11.2024
Cancún, Quintana Roo.- Omar García Harfuch es un policía de carrera. Está acostumbrado a enfrentar la violencia y a estar cerca de la muerte. Aun así, estoy seguro de que el asesinato del agente especial de investigación Halexy Guadalupe Velderrain Con este pasado 18 de diciembre en Villas del Río, Culiacán, Sinaloa, le dolió en el alma.
No es la primera vez que un colaborador suyo es asesinado. Dos de ellos, y una mujer que estaba cerca, murieron en el atentado que sufrió en septiembre de 2023 en la Ciudad de México. Ahora, minutos después del ataque, se trasladó al lugar de los hechos, en lo que fue un mensaje de que no es un secretario de seguridad que se dedique solo a asistir a reuniones burocráticas y a difundir estadísticas.
El ataque contra Valderrain fue directo. Lo persiguieron y le dispararon sicarios en motocicletas con fusiles de asalto. La orden, al parecer, provenía de Alfredo Beltrán Guzmán, “El Mochomito”, hijo de Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”. El ataque es parte del conflicto que estalló en Sinaloa después del aparente secuestro en México y detención en Estados Unidos de Ismael “El Mayo” Zambada el 25 de julio que ha confrontado a los hijos del Chapo Guzmán con los lugartenientes de El Mayo.
Esta guerra no se resolverá con abrazos. La decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de mantener a García Harfuch en Sinaloa es indicio de que entiende la gravedad del conflicto. Cuando ella lo designó secretario de seguridad, pese a que la Guardia Nacional había sido llevada a la Secretaría de la Defensa, hubo dudas acerca de cuál sería su papel. Su predecesora, la hoy secretaria de gobernación Rosa Icela Rodríguez, fue una simple figura ceremonial. Hoy todo indica que García Harfuch ha asumido un papel central en la lucha contra el crimen organizado. Está ahí en el frente de batalla, tomando decisiones tácticas, dando la cara.
Prevalecer en la guerra entre estas dos bandas no será fácil. Las dos son poderosas y la ausencia de El Mayo ha generado un vacío de poder que ambas quieren llenar. El ataque contra Velderrain puede ser un mensaje a las autoridades federales para que no se metan, cosa que el gobierno no puede hacer si quiere mantener el estado de derecho.
El aumento de la violencia en Sinaloa no fue inmediato después de la detención de El Mayo en Texas. Según cifras presentadas en la mañanera del 17 de diciembre por Marcela Figueroa, titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en agosto el número promedio de homicidios diarios en el estado fue de 1.42; en septiembre la cifra saltó a 4.77 y en octubre a 5.87, para bajar a 5.8 en noviembre. En diciembre, hasta el día 16, el promedio fue de 5.5 homicidios diarios.
La titular del secretariado presentó estas cifras como un logro, como “una contención en la incidencia de homicidios en ese estado”, pero la decisión de mantener a García Harfuch en Sinaloa y el asesinato de Valderrain señalan que es muy pronto para hablar de éxitos o de contención. Es claro que una guerra abierta entre dos grupos criminales como la que estamos viendo en Sinaloa tiene un desgaste entre los contendientes y que habrá una disminución de los homicidios tarde o temprano, por simple agotamiento. Pero por ahora el conflicto está lejos de haber quedado desactivado.
Esta vez, sin embargo, hay un policía profesional a la cabeza del esfuerzo contra la violencia. García Harfuch está enfrentando quizá el mayor reto de su vida. No es fácil detener una guerra entre dos grupos criminales poderosos, mucho menos en un estado que sigue siendo el centro del narcotráfico en México. Pero alguien tiene que tratar de hacerlo.
Es valiente y es correcto. La presidenta Sheinbaum ha ratificado la decisión de tener una reunión del gabinete de seguridad en Mazatlán, Sinaloa, este domingo. No es momento de mostrar debilidad ante el crimen organizado. El Estado mexicano tiene la obligación de ejercer el control sobre todo el territorio nacional.
Por su interés, reproducimos este artículo escrito por Sergio Sarmiento en El Diario de Chihuahua.