Diseñan un nuevo protocolo para diagnosticar de forma rápida un ictus a través de la retina

23 de febrero de 2024
1 minuto de lectura
Ojo, retina | EP

La pérdida súbita e indolora de la visión en un ojo puede ser un indicador de un derrame cerebral

Oftalmólogos del New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai, en Estados Unidos, han introducido un innovador protocolo para el diagnóstico rápido de accidentes cerebrovasculares (ictus) a través de imágenes de retina de alta resolución.

Publicado en Ophthalmology, este método permite confirmar el diagnóstico y acelerar la atención, lo que mejora los resultados para los pacientes con accidentes cerebrovasculares y contribuye a preservar la visión.

El protocolo se centra en el uso de imágenes altamente sensibles de la retina en la sala de emergencias, junto con una consulta remota rápida. Al implementar estas imágenes en el punto de entrada del paciente al sistema médico, se reduce la necesidad de consultas oftalmológicas en el lugar, que a menudo no están disponibles de inmediato.

Diagnóstico rápido y preciso

La pérdida súbita e indolora de la visión en un ojo puede ser un indicador de un derrame cerebral, también conocido como oclusión de la arteria central de la retina. Este protocolo busca identificar cambios microscópicos en la retina minutos después de una obstrucción, permitiendo un diagnóstico rápido y un tratamiento preciso.

Para agilizar la atención, el Departamento de Oftalmología de Mount Sinai lanzó un Servicio de Accidentes Cerebrovasculares, implementando dispositivos de imágenes oculares avanzados en tres hospitales del Sistema de Salud Mount Sinai. Estos dispositivos utilizan tomografía de coherencia óptica (OCT), una forma no invasiva de detectar cambios microscópicos en la retina.

Cuando un paciente llega a urgencias con un posible ictus ocular, se activa el servicio de ictus para evaluar al paciente y realizar la exploración. Las imágenes se envían electrónicamente a especialistas en retina de guardia remotos que pueden realizar un diagnóstico instantáneo. En caso de confirmarse un ictus, los neurorradiólogos intervencionistas vasculares pueden disolver el coágulo con una infusión de activador del plasminógeno tisular (tPA), un fármaco que disuelve los coágulos.

Un estudio que analizó a 59 pacientes tratados según este protocolo durante los primeros 18 meses desde su implementación mostró resultados prometedores. Los pacientes tratados experimentaron una mejora estadísticamente significativa en su agudeza visual cuatro semanas después del tratamiento, con un impacto positivo en la visión a corto y largo plazo. Este modelo puede ser implementado en otros países con un equipo de accidentes cerebrovasculares disponible, acelerando el diagnóstico de emergencias oculares urgentes.

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