Hay personas que buscan el modo de estar en misa y repicando, sonar y sorber al mismo tiempo, ser diputado y presunto corrupto con elegante indiferencia, sentirse Presidente de Gobierno intachable teniendo alrededor tantas sombras o siendo y no siendo shakesperiano como si tal actitud no fuera una contradicción… son las nuevas coherencias que deben ser de alguna manera analizadas por el injustamente maltratado presidente de la Real Academia Española.
Íñigo Martínez es un jugador de fútbol español, de las Vascongadas, que juega en la Liga Saudí y que está muy contento de ser independentista vasco pero que al resto de españoles, nos hace un favor jugando en la Selección… porque lo uno nada tiene que ver con lo otro. Es decir, está disponible para la remuneración y las ventajas pero luego, en privado, él no siente lo que hace si ha de favorecer a un equipo que representa aquello en lo que no cree… Difícil es atar por el rabo a semejante mosca.
Que el seleccionador español, un cristiano de excelente coherencia, siga sosteniendo en el equipo las dudosas intenciones del futbolista.
Pedro Villarejo