No solo van a por los periodistas libres

No solo van a por los periodistas, esos que no se someten a viles y destructivas consignas. Van a por todos los que no estén a favor de sus imposiciones. La prensa libre lucha por la verdad y nos muestra con sus conclusiones un autogolpe de estado por parte de los que están tomando todas las instituciones y que se están pasando por el arco del triunfo toda nuestra Constitución, ¡no dejarán ni un párrafo que a ellos no les convenga!

La sensación que vivimos es la de ser vigilados, y es de verdad agobiante, y la libertad de acción de estos mandatarios para llevar a cabo cualquier desvarío en las leyes impuestas siempre son en contra de los observados, es demasiado patente, y lo consiguen gracias a los pactos con todos esos que odian
España desde las “tripas”.

No solo van por los libres pensadores y periodistas, con una trayectoria de noticias fiables y bien contrastadas.

Les están robando la palabra para secundar un sistema totalitario con bocas cerradas y ese maldito pensamiento único.

Si Dios no lo remedia, tendremos una dictadura a fuerza de decretos sin pensar en los ciudadanos.
Nos hace falta un representante que se comprometa para recuperar toda la credibilidad de nuevo, para que España crezca y renazca desde las migajas que estos desalmados indolentes nos dejen.

Que aparte por fin de nuestras vidas, la barbarie y el enfrentamiento que nos pretenden imponer, con un libreto escrito y dirigido por la batuta de cualquier dictador comunista perdido y trasnochado, falto de cualquier vestigio de cordura, como aquellos a la antigua usanza, y que la vienen practicando a día de hoy “a cara de perro” en nuestra querida tierra.

Están despertando los fantasmas de un pasado de odio y enfrentamiento, y todo por el robo indiscriminado del dinero que pertenece a las arcas del estado.

Cuando no se tienen creencias morales, como lo demuestran estos seres faltos de toda conciencia, esperaros lo peor.

Esto que recuerdo transmitido por la televisión nos hizo temblar a todos, y no hace tanto tiempo. No se puede jugar con las vidas y haciendas de nadie, y menos con mentiras.

Esos hechos son un capitulo terrible que demuestran que si juegas a ser un dios, vendrá el diablo y te arrastrará hacia el averno de los malditos. Estos dos se la jugaron y perdieron dando su vida a un pueblo al qué jamás amaron ni respetaron.

Hoy son solo imágenes de un terrible acto televisado en 1989. ¿Les mereció la pena? ¡Decididamente no!

Recordad el tristísimo espectáculo de los Ceausescu y cómo una revolución terminó con una dictadura, fue un sistema unipartidista marxista-leninista desde 1947 a 1989.

Terminó con el fusilamiento de los Ceausescu, juntos y cogidos de la mano siempre, él tembloroso, ella firme y orgullosa, él le decía que se callase. Fueron sentenciados por una corte militar, sometidos a un juicio que fue catalogado como una auténtica farsa… Elena, la mujer del dictador rumano era temida y repudiada por haberse manejado codo a codo con su marido. Eran los dos iguales de sangrientos y despiadados.

Los pueblos que utilizan la barbarie como defensa, primero los convirtieron en víctimas, y luego ellos se convirtieron en verdugos.

¡Contra ellos no existió justicia, sino venganza!

Mataron la verdad contra su pueblo y el pueblo reventó por hambre y ansias de libertad, y por ese miserable sometimiento que los ahogaba.

El final de sus vidas fue filmado y trasmitido por las televisiones entre gritos y una furia desatada de aquel pueblo que ellos como sus representantes no respetaron, al contrario, los explotaron, dominaron, maltrataron y empobrecieron sin piedad.

Pero… ojo por ojo, diente por diente, no casa en absoluto con la nobleza del alma de los seres humanos.
Y ese pueblo actuó de la peor manera posible.

La revuelta se veia venir, no se puede tratar con ese desprecio a los ciudadanos, en algún momento y cuando menos se lo esperaban, esos ciudadanos saltaron y se desembocó la barbarie, después de haber tenido años de sometimiento y toda clase de vejaciones, a base de privaciones de todo tipo.

Fue en la Navidad de 1989 y muchos de los que vimos aquel terrible acto de horror y barbarie no lo olvidaremos jamás.

Como buenos hermanos y amantes de la Paz, pidamos en esta Navidad cordura y verdad para España y que podamos volver a vivir como lo habíamos conseguido entre todos, asentando la Democracia en nuestra Nación.

Recapacitar sobre lo que nos podría venir si continuamos impasibles ante los acontecimientos. Pedimos que regrese el respeto a los jueces a las instituciones, a las leyes concebidas para todos los ciudadanos por igual.

Muchos creemos en la buena esencia del ser humano, no permitamos que regrese de nuevo en nuestra historia aquellos reinos de taifas que continuamente nos enfrentaban.

Mientras en España existan niños con hambre, padres de familia sin trabajo, mayores que mueren de frío en invierno y calor insoportable en verano, jóvenes que tienen que salir de su país para poder trabajar…

Que no nos engañen más, España y su economía van como un cohete, pero a un profundísimo abismo. ¿Creéis que el cielo puede esperar más? El cielo puede… Los ciudadanos estamos cansados de engaños y falsas promesas.

Estamos con Valencia y pensamos en la Navidad de esos hermanos que continúan sin resolver sus vidas después de la tragedia. ¿Hasta cuando?

Nosotros, los mayores, tenemos la certeza de saber que nuestros días ya se pueden contar. Pero nuestros nietos, si esta situación continúa, tienen un mal porvenir.

Como creyente, pido a Dios con humildad, cordura y amor al prójimo, y que regrese esa paz que nos están robando.

Necesitamos poder volver a soñar.

¡Tener el valor de rectificar es de sabios!