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Mujeres invisibles

Durante la vida de nuestros hijos, hemos tenido que pedir ayuda a personas responsables para su cuidado, siempre mujeres.
Esta opción es fácil de entender, ellas también limpian, planchan, cocinan y acuden a las visitas médicas para las vacunaciones de los niños, además de llevarlos a las diferentes clases extraescolares y deportivas, durante el tiempo que los padres están cumpliendo con sus trabajos.

Otras también, según su preparación les corrigen en su vocabulario y algunas incluso en preparaciones de otras disciplinas. Incluso musicales si son portadoras de esas titulaciones.

Para esos padres, es una tranquilidad total, sin tener en algunos casos, ningún tipo de empatía con respecto a ellas. Para esas mujeres que suelen llamar, cuidadoras, tatas, limpiadoras o mujeres de la limpieza, etc…. Son niñeras y todo lo demás.

Esas cuidadoras con conocimientos para esas labores, esas señoras, reconocidas como tales ejercen sus conocimientos con sus hijos ayudándoles en los estudios en las normas de convivencia y comportamiento, transmitiéndoles buenas maneras, y un saber estar propio de cualquier persona educada, no están bien retribuidas conforme a sus conocimientos.

Una niñera o cuidadora, además de ejercer como educadora que sería su cometido, se ve obligada por sus circunstancias a limpiar, cocinar, además de cuidar del menaje, poner lavadoras, tender planchar. En fin las interminables tareas que se producen en un hogar y más con niños.

No solo se dedican a la formación total de esos hijos, incluida su higiene, y normas de comportamiento en la mesa les hacen cumplir con horarios que les formarán en disciplinas para su vida, esas son las niñeras auténticas.

Pero se mezclan las obligaciones y les añaden tantas como puedan realizar esas señoras, incluso fuera del horario, pactado.

Y no olvidemos los traslados a las clases extraescolares y las ayudas en los deberes del colegio.

Es de tener en cuenta que muchas de ellas no están aseguradas. Hoy se vigila más, pero el que hizo la ley, hizo la trampa.

Es un trabajo interminable, poco agradecido, además de mal pagado en muchos casos, pero es muy gratificante el resultado, son unos pequeños  que los ves crecer, aprender, formarse que les das cariño y te lo devuelven con creces, esa unión es para siempre
.
Conozco alguna que creó su propia familia paralela, por falta de amor y comprensión en la suya, y después de muchos años y al crecer los niños, fue despedida sin miramiento ni compensación
alguna. Yo las conozco y sé el amor que sienten por esos niños hoy hombres y mujeres con una buena formación y educación.
Son personas que lo dieron todo por responsabilidad, por amor a los niños que les dejaban a su cuidado.

Antes, quienes no habían tenido acceso a la educación, era lo único que podían hacer, dedicarse al servicio, de limpieza en los hogares y así poder llevar a sus casas una ayuda para poder vivir.

Hoy por circunstancias en sus vidas, han tenido que optar por ese tipo de trabajo estando preparadas para ejercer en enseñanza y otros menesteres que pueden demostrar por su preparación su titulación, incluso pueden ayudarles con otro idioma.

Muchos padres, no lo valoran no lo contemplan en muchos casos. Esos padres pueden crecer en sus trabajos gracias a la tranquilidad que les proporcionan esas señoras y pueden ejercer sus profesiones, mientras ellas resuelven los problemas de su hogar y de sus hijos. Gracias a ellas pasados los años esos padres, se han visto beneficiados en su vida laboral y realizados en sus aspiraciones.

Esas mujeres son dignas de un reconocimiento, por ese trabajo agotador y de entrega, con una responsibilidad enorme.
Se crea una unión con esos niños que llegan a sentirlos como parte
de sus vidas y se esmeran en los menesteres que ejercen con total entrega  hacia ellos.

El vínculo que se crea es para la totalidad de la vida de esas mujeres que en algunos casos, a pesar de su edad y circunstancias se dedican con amor al crecimiento físico y mental de esas maravillosas criaturas.

Ejercer esa profesión es de una gran responsabilidad, dejan en sus manos lo mejor que tienen, sus hijos, por eso es muy importante ser capaces los padres de reconocer a quienes confían sus niños.

Tienen que saber elegir entre niñeras, cuidadoras, limpiadoras, planchadoras, cocineras…. Si encuentran una señora que lo haga todo y ayude, eduque y cuide a sus hijos con cariño y entrega, cuídenla han encontrado la persona idónea para la formación de sus hijos.

Aprendan a pagar lo que se merecen y lograrán tranquilidad familiar. Y cuando pase el tiempo se darán cuenta que realizaron la mejor inversión de su vida para la formación de sus hijos.

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