La hoy ministra de Defensa, Margarita Robles, se trajo a España en adopción a una niña de Filipinas y la devolvió al hospicio apenas unas semanas después de habérsela traído a Madrid. Para devolverla alegó ante las autoridades españolas que la menor, de ocho años, era muy rebelde, según fuentes de toda solvencia.
La devolución de esta niña una vez que estaba en Madrid y tras haberse convertido Robles en su madre oficial, ocurrió hace una decena de años, si bien el asunto, que ella lo ha llevado con total discreción para que nadie calificase su acción, ha trascendido ahora en el marco de los nuevos audios del comisario José Manuel Villarejo a los que ha tenido acceso en exclusiva FUENTES INFORMADAS y que también viene publicando el diario El País.
En uno de los audios, en poder de este periódico digital, y en el curso de un diálogo entre la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y Villarejo, la exnúmero 2 del PP en la época de Mariano Rajoy pregunta al comisario si él sabe algo “de una niña adoptada que devolvió Margarita Robles” tras traérsela en avión a Madrid.
Villarejo le cuenta a Cospedal que sí conoce el asunto de la devolución de la menor y que se trataba de “una niña coreana” que, explicó el comisario, se trajo la ministra aunque luego se deshizo de ella por rebelde.
La niña en realidad es de nacionalidad filipina, según fuentes de una agencia de adopciones radicada en Madrid.
En su respuesta a Cospedal, el comisario engarza este hecho con aspectos de la vida de la ministra y, también, alude a una juez de Madrid muy amiga de Robles.
Según detalla el comisario a Cospedal y se puede oír en el audio, Robles acudió a esa juez amiga para pedirle que resolviera un asunto que llevaba su sala en favor de otra conocida suya la cual mantenía una disputa con Villarejo por un asunto grave que aún hoy está judicializado.
El comisario no acredita este supuesto favor en el audio, si bien algunos de los datos que ofrece a Cospedal se ajustan a la realidad.
FUENTES INFORMADAS dispone de este audio, pero no considera adecuado reproducirlo debido a los aspectos íntimos sobre Robles a los que alude el comisario ante Cospedal, quien escucha atentamente lo que este le cuenta sobre el tema de la adopción de la menor.
Se desconoce el paradero actual de la niña
La propia ministra Robles, que hoy tiene 64 años, relató el tema de su fallida adopción (es decir, que se había traído a una niña de Asia pero que la había devuelto) delante de compañeros suyos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando ella era vocal del órgano de gobierno de los jueces a propuesta del PSOE.
Tras devolver Robles la niña a los servicios sociales de Madrid, le perdió la pista a su ahijada.
FUENTES INFORMADAS ha intentado, sin éxito, preguntando en fuentes cercanas a los servicios sociales, conocer el paradero de esta niña, que hoy sería mayor de edad.
Se desconoce si la niña, una vez en poder de la Comunidad de Madrid, fue dada en adopción a otra familia. Fuentes cercanas a este organismo han declinado hablar sobre el tema alegando que la ley impide facilitar cualquier dato de este tipo y más cuando se trata de menores en riesgo de exclusión y, por tanto, vulnerables.
No se sabe, pues, que fue de la exhija de Robles ni qué ha sido de su vida.
La devolución de la menor por parte de la ministra ocurrió hace unos años, cuando la hoy ministra vivía con su madre. Robles, que es soltera, intentó primero adoptar una niña ante los servicios sociales de Madrid y, al no conseguirlo, viajó hasta Filipinas y logró allí que le dieran una en adopción.
Para convencer a las autoridades de ese país de que ella era una madre apta para una niña pequeña y poder viajar con ella a España, Robles llevo a Filipinas escritos y avales sobre su aptitud como madre firmados por jueces colegas suyos que hoy trabajan en el Tribunal Supremo (por ejemplo, de su amigo José Manuel Bandrés, magistrado de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo), así como de otros magistrados del alto tribunal e incluso del Constitucional.
Y, en base a ello, logró convencer a las autoridades filipinas para que le dieran en adopción a una niña que entonces se hallaba en situación de marginalidad en el país asiático.
Ya en España, Robles formalizó la documentación para inscribirla como hija en el registro civil. Pero la relación de Robles con su hija legal duró poco.
La ministra contó a colegas suyos los pormenores de este feo asunto
La ministra Robles siempre se ha caracterizado por su apoyo a las clases desfavorecida, lo que contrasta con su actitud en este caso: devolvió a la menor cuando la niña ya llevaba varias semanas con ella y con la madre de esta, con quien la menor hizo pocas migas, a juzgar por lo contado entonces por la propia Robles a colegas suyos de la judicatura y del Consejo General del Poder Judicial.
“Tal como espontáneamente lo describía, resultaba extraño que ella viera tan normal que si una hija te sale rebelde o la madre no se lleva bien con ella, pues se devuelve y ya está…”, señala uno de los jueces que la oyeron contar los pormenores de su frustrada maternidad.
Según ha contado la propia ministra a personas de su entorno que conocen bien este feo asunto, la convivencia de ella y su madre, entonces de avanzada edad, con la niña se hizo insostenible.
La niña fue devuelta cuando oficial y legalmente Robles ya era su madre.
Las desavenencias de la niña con la abuela, la madre de la ministra, fue otro detonante de que Robles se deshiciera de la menor. “Si una niña, dada su corta edad, se muestra rebelde al verse a miles de kilómetros de su país de origen y en un entorno muy diferente, lo último que debe hacer una madre, sea o no biológica, es devolverla al hospicio; ¡pobre niña, qué habrá sido de su vida!
Se supone que sigue en España, lejos Filipinas”, señalan fuentes de una asociación infantil que conoce este tema.
“En estos casos, si el menor es rebelde, lo que hay que hacer es darle cariño, instruirlo, como hacen todas las madres con sus hijos sean como sean estos. Pero una madre nunca debe desprenderse de un hijo. A esa edad, y más en este caso, con las penurias que seguramente había sufrido esa niña en Filipinas, lo que hay que hacer es educarlos, pero nunca desprenderse de ellos como si fuera un perro”, añaden.