Marc Márquez ha vuelto a escribir su nombre con letras doradas en la historia del motociclismo. El piloto de Cervera se proclamó este domingo campeón del mundo de MotoGP por séptima vez, alcanzando además su noveno título en total, tras finalizar segundo en el Gran Premio de Japón. Se trata de un logro especialmente significativo, pues llega seis años después de su último título y tras un largo y complicado proceso de recuperación.
Han pasado 2.184 días desde aquel 6 de octubre de 2019 en el que Márquez levantaba su sexto título de la categoría reina. Desde entonces, las lesiones y la incertidumbre marcaron un camino lleno de obstáculos. El piloto reconoció que este campeonato tiene un sabor diferente: “Este Mundial ha sido el mayor reto de mi vida”, confesó emocionado, subrayando el esfuerzo personal que le permitió regresar a lo más alto.
La carrera de Motegi fue el escenario perfecto para cerrar un círculo. Márquez terminó en segunda posición, por detrás de Francesco Bagnaia y delante de Joan Mir, asegurando los puntos necesarios para superar a su hermano Álex Márquez en la clasificación. Con esta hazaña, iguala en títulos a Valentino Rossi, una de las grandes leyendas del motociclismo.
El propio piloto explicó que durante estos años atravesó momentos de gran dureza psicológica y física. “Cometí un gran error en mi carrera, el de regresar demasiado temprano”, admitió con sinceridad, recordando las secuelas de su lesión. Aun así, subrayó que la perseverancia y el apoyo de su entorno fueron claves para superar las adversidades: “Luché, luché y luché, y he vuelto a ganar de nuevo”.
Visiblemente emocionado tras la carrera, Márquez insistió en que lo más importante ha sido reencontrarse consigo mismo. “Estoy en paz conmigo mismo. Ha habido mucha gente que me ha ayudado a salir de aquí, solo es imposible. No quiero recordar lo que he pasado, quiero disfrutar del momento”, señaló entre lágrimas, agradeciendo sin citar nombres a quienes lo acompañaron en su travesía.
Más allá del triunfo deportivo, este título simboliza un renacimiento. Márquez ha demostrado que es capaz de reinventarse, manteniendo la esencia de su estilo competitivo pero aprendiendo de los errores. Con humildad, reconoce que igualar a Rossi, Agostini o Ángel Nieto es “más de lo que hubiese imaginado en cualquier momento”. Y aunque ya está en la cima, no cierra la puerta a nuevas conquistas: “Seguimos soñando”.