Decenas de estudiantes gallegos salieron este martes a las calles para protestar contra el acoso escolar y recordar a Sandra Peña, la menor que se quitó la vida tras sufrir bullying en un centro de Sevilla. Las manifestaciones y la huelga, convocadas por el Sindicato de Estudiantes en más de 55 ciudades españolas, tuvieron especial seguimiento en Galicia, con concentraciones en Santiago, A Coruña, Vigo, Pontevedra, Ferrol y Ourense, a partir del mediodía.
En Santiago, la marcha comenzó en la Praza de Cervantes y avanzó hasta la rotonda frente a la sede de la Xunta, en San Caetano, donde los jóvenes se unieron a una protesta del profesorado gallego. Durante el recorrido, los manifestantes corearon lemas como “Basta ya de acoso criminal”, “Este sistema nos está matando”, “Queremos recursos, no minutos de silencio” o “Colegio culpable, sistema responsable”.
Europa Press informó de que los estudiantes exigieron más recursos para combatir el acoso y reclamaron personal especializado en psicología, educación social e integración. En una de las pancartas podía leerse: «Sandra, no te olvidamos. ¡Hay responsables!». Señaló Alba Blanco, estudiante de Sociología de la Universidad de A Coruña:
«El Sindicato de Estudiantes, junto al profesorado, vamos unidas y adelante porque esta es una lucha que nos pertenece. El profesorado no puede hacer frente a esta situación y el alumnado lo vivimos en nuestras carnes»
Las protestas se extendieron a todo el país, con paros en 85 localidades. En Sevilla, donde participó la familia de Sandra, los jóvenes reclamaron recursos y la aplicación de los protocolos contra el acoso. «Basta de dar dinero público a quienes lo esconden y no hacen nada», denunció el sindicato, en alusión al Colegio Irlandesas Loreto, donde estudiaba la menor, y cuyo concierto educativo la Junta de Andalucía valora ahora retirar.
La portavoz del Sindicato de Estudiantes en Sevilla, Elena Ocaña, declaró que «no solo hay que hablar de la maldad en abstracto», sino que «hay una serie de responsables» ante lo que calificó como «un problema de primer orden». Según Ocaña, el centro no actuó «para no perjudicar su imagen» y «seguir llevándose todos esos millones que se embolsan por parte de la Junta». La representante exigió más inversión en pedagogos y psicólogos para prevenir nuevos casos.
En Cantabria, el portavoz Hugo Cícero recordó que quienes sufren acoso «normalmente no lo manifiestan, no se lo dicen a sus profesores», lo que, a su juicio, demuestra la necesidad de profesionales especializados que trabajen desde otros enfoques.
También, las protestas se reprodujeron en otras ciudades. En Toledo, un centenar de personas se concentró en la plaza de Zocodover con mensajes como «No al silencio, sí a la acción», «Prevenir es curar. Protocolo anti-bullying ahora» o «La escuela debe estar llena de enseñanza, no de acosadores». En Logroño, los estudiantes marcharon desde el Espolón hasta la plaza del Ayuntamiento, encabezados por una pancarta que decía: «Sandra, no te olvidamos. Hay responsables».
Es más, según un análisis publicado este martes por la Fundación MAPFRE y Siena Educación, solo el 5,6% de los docentes ha recibido formación sobre convivencia o acoso escolar. El informe revela que seis de cada diez profesores consideran que el grupo de compañeros influye mucho en el bienestar emocional del alumnado, y un 20% identifica la agresividad y el acoso como el tercer problema de salud mental más común en las aulas.
«Nadie merece sentirse menos por ser quien es. #Stopbullying», podía leerse en otro de los carteles. Antes de la manifestación, Antonio, coordinador regional del Sindicato de Estudiantes, explicó que el objetivo era «apoyar a todos los estudiantes que reciben acoso día a día en las aulas y no se dice». También reclamó a las direcciones de los centros escolares que actúen, porque «no se hace nada».