El juzgado prioriza el análisis forense de las supuestas lesiones de una chica a dos policías y no la rotura del brazo de ellos a la joven

17 de septiembre de 2023
9 minutos de lectura
La chica con el brazo escayolado y uno de los agentes implicados. | FI

El Juzgado de Instrucción 2 de Móstoles ha citado para este viernes a los dos policías locales de este municipio madrileño expertos en kárate que supuestamente allanaron una vivienda sin permiso judicial por un tema de ruido a deshoras y fracturaron el brazo a una joven africana de 30 años que intentó sin éxito impedirles la entrada alegando que no tenían autorización judicial para acceder al inmueble.

Los policías, que entraron por la fuerza y sin permiso judicial en la vivienda y se llevaron detenida a la chica casi desnuda, declararán este viernes 15 sobre la denuncia que interpusieron ellos contra ella por supuesta agresión y resistencia a la autoridad, y no al revés: es decir, por la querella por allanamiento, lesiones graves y torturas interpuesta por la chica contra los agentes.

Lo curioso de este asunto es que el juzgado no ha debido ver el vídeo que existe sobre esta detención o, si lo ha visto, no se entiende cómo empieza a investigar la denuncia de los agentes contra la joven en lugar del allanamiento de morada y lesiones graves que cometen los agentes y de los que da cuenta de forma irrefutable el vídeo sobre este incidente que adelantó en exclusiva FUENTES INFORMADAS y que hoy nuevamente vuelve a reproducir en esta información.

El juzgado ha tardado cuatro meses en iniciar las pesquisas, y, cuando lo hace, empieza por la denuncia de los agentes contra la chica, de la que como único elemento de prueba existe el testimonio de ellos mismos y ninguna imagen.

En cambio, de lo que sí hay imágenes claras es de la agresión que ellos cometieron contra la chica y de cómo, tras entrar ilegalmente en la vivienda sin permiso judicial, se la llevan casi en bragas y ya entonces con la muñeca medio rota. La víctima ha estado más de dos meses con el brazo escayolado por fractura de huesos de la muñeca, la izquierda.

Los policías declararán hoy en el marco de las diligencias 889/2023 que ellos han emprendido contra la chica, Anna D., defendida por el letrado César Mateos-Sagasta Llopis, por los delitos de resistencia y lesiones contra los agentes, lo que no se aprecia en el vídeo. Sin embargo, no serán preguntados por las agresiones, que sí se ven nítidamente en el mismo, de ellos contra la joven, auxiliar de enfermería de profesión y madre de dos hijos.

Fuentes jurídicas creen que después de que se realicen estas diligencias, el juzgado iniciará la investigación de la querella de la chica por lesiones graves, allanamiento de morada y torturas contra los agentes.

También llama la atención en este asunto que el juez haya ordenado para hoy el examen forense de las lesiones que alegan los agentes y aún no lo haya hecho de la lesiones graves que ha padecido la chica, con el brazo escayolado más de dos meses por rotura de huesecillos de la muñeca izquierda. Aun no la ha examinado el forense.

En el vídeo se aprecia cómo uno de los agentes, desde fuera de la puerta de la casa, agarra del brazo izquierdo a Anna D. y se lo retuerce, entre los gritos de la joven, y cómo finalmente él y su compañero, alegando una supuesta patada que da a uno de ellos la chica (y que no se ve en el vídeo), entran en la casa y la reducen en el suelo y le ponen las esposas ya dentro de la casa.

Uno sujeta con sus piernas la cabeza de la joven, atrapándola e inmovilizándola, como sentado sobre ella, en medio de los chillidos de la joven, que pide auxilio a las otras personas que había en la casa. La joven, que padece asma, chillaba porque, según se oye en el vídeo, sentía que no podía respirar, mientras los agentes, ya dentro de la casa, la reducen y le ponen las esposas. Aquí no había delito flagrante. Era un tema administrativo por ruido de música alta.

En el informe que hicieron los agentes tras el incidente alegan que la chica dio una patada a uno de ellos, hecho que no se ve en las imágenes del vídeo, y luego otra al mismo agente en el ascensor al que se subieron para bajarla esposada a la calle, casi desnuda (aunque el ascensor no llegó a funcionar y, finamente, la bajaron por las escaleras desde un tercer piso.

También alegan los agentes que, una vez en la calle, cuando casi la arrastraban por el suelo con dirección al coche patrulla, la joven volvió a darle una patada a uno de ellos. De nada de esto hay imágenes, es la palabra de ellos, que tienen presunción de veracidad, contra la de la chica, que niega esa versión. Y, en cambio, asegura que fue uno de ellos quien se abalanzó sobre ella en el ascensor y la golpeó contra el espejo y que el cubículo se movió por la fuerza ejercida por el agente. Uno de los agentes es campeón mundial de kárate entre bomberos.

Por otra parte, Anna D. ha salido ya del hospital tras ingresar hace unos días por estrés y ansiedad. “Tengo vértigo desde entonces; hoy me volvió a suceder, me desmayé y me di un golpe en la cabeza, y he acabado hospitalizada”, comentó la joven, que es madre de dos hijos menores de edad que dependen ella.

Anna D. explica que no es la misma desde el incidente con los policías y que hoy le da miedo ver un uniforme. “Ya me quitaron la escayola y estoy mejor de la fractura, pero tengo ansiedad y vértigos, lo pasé muy mal…”.

Anna D. asegura que le retorcieron el brazo desde el otro lado de la puerta de la vivienda con la finalidad de sacarla por la fuerza, pese a que ella les prohibió el paso y les advirtió que si entraban cometían un allanamiento de morada (ver el vídeo que dio en exclusiva este periódico y que hoy se vuelve a reproducir).

Los agentes llegaron a la casa porque un vecino alertó de música alta a deshoras de la madrugada. La chica que les abrió la puerta, Anna D., es la que les gritó que no podían entrar en la vivienda y a la que, desde la puerta, inicialmente sin acceder a la casa, los policías la agarraron del brazo izquierdo, retorciéndolo, y tirando de ella hacia el descansillo del bloque de pisos.

Como no lo lograron, entraron dentro de la casa, ante los gritos de dolor de la chica, y se la llevaron detenida. “No se puede entrar en una casa a detener a alguien sin orden judicial, salvo un delito flagrante, y este no es el caso”, señalan fuentes judiciales que han visto el vídeo.

El atestado de los agentes, tal como informó FUENTES INFORMADAS, oculta datos muy relevantes para la investigación que no han sido incorporados al informe para, supuestamente, confundir al juez o bien con la finalidad de vestir la denuncia por desobediencia y atentado a la autoridad que han interpuesto contra la chica.

Se oculta, entre otros muchos pasajes, que uno de los agentes le dio un golpe en la cabeza a la joven cuando esta les llamó “cabrones” y cómo le retorcieron, además, la muñeca izquierda hasta fracturarla.

Momento en que los agentes acceden al interior de la vivienda y forcejean con la joven. | Fuente: Fuentes Informadas

FUENTES INFORMADAS ha tenido acceso al informe elaborado por los agentes para el juez. El informe está plagado de lagunas que no interesa reflejar en el atestado. En cambio, incluye supuestas agresiones a los agentes que curiosamente todas ellas se desarrollan tanto en el piso como en la calle y de las que no hay imágenes que lo acrediten. Es decir, en este caso solo está la palabra de los policías contra las de la joven. La ley otorga a los agentes la presunción de veracidad de lo que dicen. Por eso el juzgado, antes incluso de ver el vídeo, ha abierto diligencias contra ella por los citados delitos.

Concluyen los agentes el atestado, tras un singular relato de hechos que nada tiene que ver con el contenido del vídeo, prueba irrefutable, “que se procede por parte de los actuantes a su detención [de la joven] in situ utilizando la fuerza mínima indispensables”.

Esconden que por un asunto de música alta en la casa (el motivo de la intervención policial, un asunto administrativo, no criminal) entran en ella sin permiso judicial y reducen a una chica semidesnuda contra el suelo hasta ponerle las esposas. La chica estaba en camisón y en calcetines, ni siquiera tenía zapatos para dar patadas.

Uno de los agentes es campeón del mundo de kárate entre bomberos y policías y el otro, cinturón negro de judo. Lo de que, según el atestado que ellos mismos han elaborado, solo utilizaron “la fuerza mínima” para detenerla es contradictorio con la fractura de huesos de la muñeca izquierda que le provocaron los agentes tras cogerla ambos del brazo izquierdo con la finalidad de arrastrarla desde dentro de la casa hasta el descansillo del piso, en la planta segunda.

Otro dato crucial que ocultan los agentes en el atestado es que entraron sin permiso dentro de la casa, una propiedad privada, y que se echaron sobre la chica en el hall (“no puedo respirar, que me muero…”, gritó la chica) y que mantuvieron con ella un forcejeo en el que se adentraron incluso en la cocina, donde la esposaron por la espalda. Nada de eso se explicita en el atestado.

Los policías viene a sostener que casi entraron por inercia en la casa debido al forcejo que emprendió con ellos la joven. Y después de que ella propinase una patada al agente que en el vídeo se ve a la derecha de la imagen. Se ve al policía, pero ninguna patada. Lo que revela el vídeo es bien distinto.

Versión de los agentes

El atestado de los agentes busca exculparse ellos para que la víctima sea castigada con pena de cárcel por un atentado a la autoridad que en ningún momento se aprecia en el vídeo. Los agentes se amparan también en la opacidad, ninguna prueba, cuando sostienen que la chica, al subirla al ascensor para bajarla a la calle y al coche patrulla como detenida, les agredió.

De eso no hay imágenes. Es la palabra de ellos contra la de la chica, que goza de presunción de veracidad. La chica admite insultos y gritos, pero niega haberles agredido en ningún momento. El vídeo lo acredita.

Subrayan los agentes que, tras la [supuesta] patada de la chica en la rodilla derecha a uno de los agentes cuando la tenían agarrada del brazo izquierdo, “empujan la puerta y acceden al interior” de la vivienda, donde vieron, además, “a dos varones, uno de los cuales”, señalan, “les está grabando con un teléfono móvil y el otro realiza un amago de arremeter contra los [policías] actuantes”. Nada de eso se ve en el vídeo.

En la grabación no se ve a la persona que graba, si se ve, en cambio, al que está al lado de la joven en el momento en el que la tiran al suelo y se suben sus cuerpos sobre el de ella. Esta persona, según la grabación, en ningún momento hace amago de arremeter contra ellos.

El hecho de que hubiese dos personas en el piso es el argumento de los agentes para pedir por la emisora que acudiesen más policías al domicilio. Esas personas, siempre según el vídeo, no intervienen en el forcejeo en ningún momento. Estuvieron al margen.

“¡¡Para qué esto, para qué esto…!!”, se oye decir a uno de los moradores, asombrado al ver que los agentes habían entrado sin orden judicial a la vivienda y que, uno con el trasero sobre la cabeza de la chica, y el otro sujetándole los pies, y ver también a su amiga, en el suelo con la cabeza girada, gritando ayuda a sus amigos para que les quitasen de encima a los agentes a la vez que gritaba: “Me estoy asfixiando”.

Debido a la presencia de estas dos personas que no intervinieron ni se enfrentaron a los agentes, estos policías llamaron a sus colegas. Se presentaron seis, tres coches patrulla. Cuando la chica, ya detenida, era conducida en el patrulla hacia la comisaría de policía, los afectivos policiales de auxilio llegaron al portal, rompieron el cristal de la puerta del bloque para acceder a su interior y entraron en el piso, también sin orden judicial. Dieron patadas a puerta y armarios, aseguran los testigos.

Este extremo tampoco lo recogen en el atestado. En la querella de la chica se pide al juzgado que interrogue a estos otros agentes por haber entrado en la vivienda también sin permiso judicial.

Anna D. está a la espera, ahora desde un hospital, de que o bien su abogado de oficio o bien el juzgado le informe cómo está este asunto, en qué fase se halla, si el juez está haciendo algo o no sobre un delito como este, de especial gravedad.

6 Comments

  1. Muy mal por la actuación de los agentes, que se excedieron y que la ley actúe en consecuencia con ellos,y mal por estas personas por hacer ruido a deshoras ,que en este país parece que el respeto al descanso de los vecinos no vale nada,además desde el principio se niega a identificarse,con una actitud chulesca , los llama claramente cabrones …ahí empieza todo,no colaboró, solo sus derechos sus derechos…y sus derechos ,y el respeto a los demás no parece estar en su educación.

  2. Allanamiento de morada, detención ilegal, tortura usando arma blanca (artes marciales), falsificación de documento público, todo con racismo y usando la fuerza desmedidamente sobre una mujer… así a ojo 5 delitos. hay que ser inútil y gañán, espero que les eches de la policía, si no nos merecemos a Rubiales, a éstos tipos simiescos, menos

  3. No entiendo como hay tanta gente inadecuada para el puesto de Policía. Creo que se deberían revisar los tests psicotécnicos que les hacen a los futuros candidatos, porque si fueran más exhaustivos, éstos dos no los hubieran pasado. Digo yo que el día que les dieron el pito, la gorra y la porra ya se pensaron que serían los hermanos de Dios.
    Es una lástima que personas así devirtúen el cuerpo y al resto de compañeros que hacen bien su trabajo. Y lo peor de todo, es que juegan encima con la veracidad de sus declaraciones.

    No fue la correcta actuación y un abuso claro de autoridad ante la situación también denunciable, por supuesto, de la fiesta de la chica.

  4. Toda acción tiene su repercusión y al final cada uno debe asumir sus actos, lo que se resume por si solo en el vídeo, queda en manos de la justicia actuar en concordancia
    Por suerte ahora tenemos un periodista en cada ciudadano y cualquiera con un móvil en la mano es un testigo clave para las injusticias..

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