El lingüista y académico Fernando Venancio lleva décadas estudiando su lengua materna y su evolución
El escritor, intelectual, crítico literario, lingüista y académico portugués Fernando Venancio es muy pesimista con su lengua madre. Cree que el portugués se va a empequeñecer, y vaticina que en 50 años los brasileños no lo hablarán más.
Venancio actualmente posee la nacionalidad holandesa, pero mantiene un fuerte vínculo con la lengua de su infancia, la cual lleva décadas estudiando. Pasó sus primeros años en Lisboa, donde completó la escuela secundaria, y también vivió en Braga, en el norte de Portugal.
En su última estancia en Brasil, Fernando Venancio acaba de comprobar en carne propia una hipótesis que ya plasmó en sus libros.
Para él, en menos de 50 años, Brasil no hablará más el portugués porque “el proceso natural de la evolución de las lenguas va a hacer que dentro de unas décadas los brasileños y los portugueses no hablen el mismo idioma” y argumenta que ya las industrias culturales los tratan como dos idiomas distintos.
Venancio ha generado un pequeño terremoto en el ‘lusomundo’
En una entrevista cedida a BBC Brasil por la publicación de su libro Assim Nasceu uma Lingua, hizo que mucha gente se preguntase por el futuro del idioma y qué pasaría si un día los brasileños ya no hablasen portugués sino brasileño. Aunque el autor no parece demasiado preocupado, lleva décadas alertando de ello: “Es lo lógico y lo habitual en las lenguas“.
En uno de sus libros cuenta cómo el portugués precisamente es una evolución del gallego, del que se separó tras siglos de historia compartida y ahora será el brasileño el que se separá del portugués.
Para Venancio, la separación entre el portugués y el brasileño es inevitable en las próximas décadas, pero no ocurrirá lo mismo con el español ni con el portugués en países como Angola o Mozambique. “Aunque es una evolución lógica de las lenguas, es un caso bastante excepcional en los idiomas de nuestro entorno. Sobre todo porque Portugal, al contrario que la mayoría de naciones cercanas, dejó de lado la influencia cultural en Brasil y nunca se preocupó por ella”, dijo.
“No hay una política de Estado de cuidar la influencia cultural ni el idioma como lo tiene España, Francia, Alemania e Inglaterra”, agregó.