Hoy: 23 de noviembre de 2024
Alimentos con más de 106 plaguicidas fueron comercializados en 2022 en España, según el grupo Ecologistas en Acción. De esos pesticidas, 59 eran disruptores endocrinos y 32 sustancias no aprobadas. La organización ecologista denuncia que el uso excesivo de plaguicidas expone tanto a la población como al entorno natural a pequeñas dosis combinadas de múltiples químicos, un fenómeno que preocupa a la comunidad científica.
Estas conclusiones forman parte de su nuevo informe titulado Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles, presentado este miércoles. Para llegar a estos resultados, Ecologistas en Acción analizó los últimos datos proporcionados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
A pesar de que la ONG subrayó que el tamaño de la muestra del organismo fue limitado (solo 3,61 muestras por cada 100.000 habitantes), esta permitió detectar la presencia de 106 plaguicidas diferentes en los alimentos analizados. En particular, el 36% de las muestras contenían restos de una o más sustancias, cifra que asciende al 43% en frutas y verduras.
Según el informe, 59 de los plaguicidas identificados eran disruptores endocrinos, sustancias que afectan el sistema hormonal y están vinculadas a enfermedades graves. Asimismo, 32 de estas sustancias no estaban autorizadas por la Unión Europea (UE), y 17 eran pesticidas considerados candidatos a ser reemplazados debido a sus efectos cancerígenos, tóxicos para la reproducción, alteradores endocrinos o por cumplir con dos de las tres siguientes características: persistencia, bioacumulación y toxicidad.
Además, el estudio reveló que el 22% de las muestras presentaban contaminación múltiple, es decir, residuos de varios plaguicidas simultáneamente. Un caso particularmente preocupante es el de los tomates españoles, que contenían residuos de 31 sustancias distintas. Según Ecologistas en Acción, al menos 97 plaguicidas tóxicos se usaron en los cultivos en España, lo que supone un riesgo tanto para el medio ambiente como para las personas que trabajan o viven cerca de esas áreas.
Kistiñe García, portavoz de la organización, destacó la importancia de que las explotaciones agrícolas respeten los derechos humanos de los trabajadores, proporcionándoles la formación adecuada y el equipo de protección necesario, además de cumplir con la normativa en cuanto a la aplicación de productos fitosanitarios.
García criticó al Ministerio de Agricultura por “desperdiciar” la oportunidad de posicionar a España como un referente en la producción de alimentos saludables, en lugar de ser el segundo mayor vendedor de plaguicidas en la UE. “¿Hasta cuándo seguirán las autoridades y la sociedad ignorando la pérdida de salud, biodiversidad y las condiciones precarias de los trabajadores agrícolas debido al uso excesivo de pesticidas?”, concluyó.