Lo que hay dentro de las prisiones debe ser noticia: “En la cárcel, te hacen sentirte como un mero número, como un trozo de carne”

7 de septiembre de 2023
4 minutos de lectura
La LOGP sigue pendiente de aplicación
Cárcel española

ALFONSO PAZOS FERNÁNDEZ

La LOGP es una buena norma, pero sería mejor si se aplicara

44 Aniversario de la promulgación de la Ley Orgánica General Penitenciaria

Me gusta leer los prólogos de los libros que me pongo delante. De esa forma puedo, años después hacer crítica sobre lo que allí se dice.

La segunda edición del Código Penitenciario de la editorial Aranzadi, del año 2012, fue prologada por Dña. Mercedes Gallizo Llamas, aquel año ya ex secretaria General de Instituciones Penitenciarias.

He elegido cuatro párrafos:
“El conocimiento de la ley y el respeto a sus derechos mientras permanecen privados de libertad, bajo la tutela del Estado, es el mejor antídoto contra ese sentimiento resentimiento que es, en mi opinión, uno de los factores clave que impiden la resocialización de los penados.
 
La práctica del respeto, uno de los valores que mejor define la consideración de todo ser humano como sujeto de derechos inalienables, es un factor de reeducación y de socialización extraordinario. 

A través de la práctica de actitudes positivas se pueden generar muchos más cambios que los que provoca la mera penalización. Eso también lo he aprendido en mi experiencia de estos años.”

Es muy significativo que una Ex Directora General de Instituciones Penitenciarias que ha ocupado dicho cargo durante ocho años diga esto cuando ya lo ha dejado, teniendo en cuenta que no ha hecho nada por inculcar a sus subordinados, los funcionarios de prisiones, ni ese conocimiento de la Ley ni ese respeto por los derechos de los reos, ni tan siquiera la práctica del respeto.

La LOGP es una buena ley. Sería mejor ley si algún día se pusiera en práctica.

“Cada persona debe sentir que es tratada no sólo con la justicia que proviene de la aplicación de la Ley –Una ley que tiene que ser también comprensible para todos- sino también con la humanidad que emana de nuestras convicciones más profundas y que se traduce en un trato individualizado y atento.”

En la cárcel, no se siente nada de todo eso, al contrario, te hacen sentirte como un mero número, como un trozo de carne puesto en el secadero al que se le asigna un código de barras, y que cuando ya está maduro, se le da una vuelta para que se oree.

“Para aceptar este pensamiento hay que estar plenamente convencido de que el mandato constitucional de orientar las penas de privación de libertad hacia la reeducación y reinserción de los penados es lo más adecuado en una sociedad democrática avanzada para que la idea de privar de la libertad –el bien más preciado- a una persona no nos resulte insoportable”. 

Esa idea de la reeducación y la reinserción la tuvo ya hace algunos años el Coronel Montesinos, concretamente en el año 1834, cuando se hizo cargo del presidio correccional de Valencia. Casi 200 años y no cuaja.

“El valor del derecho es extraordinario. Las leyes son lo único que protege a la sociedad de la arbitrariedad, del abuso. Lo que protege al que nada tiene de la prevalencia del poder, del dinero o de la fuerza. Por eso es tan importante que la aplicación de la ley se realice con justicia y con equidad, y con humanidad. Como es bueno acercar el conocimiento de la ley no solo a quienes tienen la responsabilidad de impartirla o administrarla, sino a todos los que están afectados por ella, sobre todo en las difíciles condiciones de la privación de libertad.”

Efectivamente, el valor del Derecho es extraordinario. Y esas leyes que son lo único que protege a la sociedad de la arbitrariedad y del abuso no entran en las cárceles.

Este año se celebra el 44 aniversario de la promulgación de la LOGP. Dicen que es una buena ley, ya que no ha necesitado modificación alguna, salvo cuestiones menores. Es cierto. Es una buena ley. Si se pusiera en práctica alguna vez.
Ordena la Ley la creación y regulación tanto de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, como de una norma que regule los procedimientos en el ámbito penitenciario.

En octubre del año 1981, tuvo que ser la Presidencia del Tribunal Supremo, quien a golpe de mazo creara dichos Juzgados asignándoles espacios, medios y personal robados o hipotecados a otros juzgados.

A día de hoy no se ha regulado el procedimiento penitenciario, el cual sigue en un limbo entre lo que deciden los Jueces de Vigilancia en sus reuniones periódicas y lo que deciden los altos tribunales en sus sentencias.

La LOGP nació sin un presupuesto, sin el preceptivo estudio económico, y así sigue.
La LOGP nació para contentar a las altas instancias internacionales, la ONU, y una Unión Europea a la que queríamos convencer de que la dictadura había terminado y entrábamos con el pie derecho en el club de los países “Civilizados”.

La LOGP nació para contentar a los políticos de aquella época que habían pasado por la cárcel, diseñando una puerta trasera para poder librarse de un encierro que ya habían tenido que soportar. Lo mismo hicieron en Francia y en otros países después de las guerras.
Sus ideas son muy buenas y muy loables Sra Gallizo, pero otra cosa es ponerlas en práctica. Aprendió usted muy bien de Dña Victoria Kent, que intentó poner a trabajar a los funcionarios de prisiones y duró en el cargo once meses.

Lo define usted muy bien en su libro “Penas y personas”: 
“Hay una ley no escrita pero muy presente que valora el buen resultado de la política penitenciaria si lo que se hace en las prisiones no es noticia, si no se habla de ello”.

Creo que ya va siendo hora de que lo que ocurre dentro de las prisiones sea noticia, lo bueno y lo malo.


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