Lo izquierdista no quita lo cortés

ANDRÉS HURTADO GARCÍA

El 14 de mayo el buque escuela español, en su vuelta de cinco meses por mares del mundo formando en este periplo a los guardiamarinas que serán los oficiales de la armada, visitará la ciudad de Santa Marta. Entre los marinos viaja en su período de formación integral la princesa Leonor, heredera del trono español. El barco Juan Sebastián de Elcano hace las veces de embajador de España en los países que visita.

El Gobierno colombiano ya ha dado puntadas de que la recepción que se brindará a la princesa no va a ser propiamente muy amable, olvidándose así de que Petro representa a Colombia, no a sí mismo y no a su talante de guerrillero, y que lo mínimo debe ser una acogida amable y respetuosa como a gobernante que será la princesa y representante de otro país. Lo mínimo. Lo correcto sería que el Presidente se desplazara con altos funcionarios de su gobierno hasta Santa Marta para presentarle un saludo en nombre de Colombia y que vaya elegantemente vestido, no con blue jeans como suele hacerlo en ceremonias de alto vuelo y representación oficial.

El título debido a la princesa es alteza real. Que el Presidente en esta ocasión se porte a la altura de países civilizados no significa que reniegue de sus ideas políticas izquierdistas; todo lo contrario, aparecería como un izquierdista educado e inteligente y, además, dejaría bien parado el nombre de Colombia ante el mundo. ¿Habría que recordar al mandatario que la democrática Colombia mantiene relaciones diplomáticas, económicas y culturales normales y amistosas con el Reino de España? ¿O vamos a hacer una vez más el oso por cuenta de desafortunadas actuaciones de nuestro gobernante? Nuestro buque escuela también hace periplos de formación por los mares del mundo y es bien recibido cuando toca puertos españoles.

Bueno es recordar que España es refugio para muchos colombianos que han tenido que dejar su patria, por las razones que sean. Hace un tiempo Petro recordaba en buenos términos lo que logró el Frente Nacional. Se lo debemos a dos políticos colombianos que lo fundaron en Sitges, población costera, cercana a Barcelona, donde se juntaron Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez y crearon un sistema que ayudó a sacar al país de las luchas fratricidas entre conservadores y liberales. Se votaría por un candidato conservador y luego por uno liberal, cada 4 años hasta completar 16. Esto se fraguó en España. Me hace gracia saber que en Sitges se celebra el Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Esto me suena un poco a política colombiana.

Entre la población migrante que hay en España la colombiana ocupa el segundo lugar, después de la marroquí. Los marroquíes son 1’092.892, y les siguen los colombianos con 856.616. ¿Conclusión? Tenemos que estar agradecidos con España. El que los marroquíes nos aventajen en número es comprensible. Con solo cruzar el estrecho de Gibraltar, de 14,4 kilómetros de longitud, los marroquíes ya están en España.

En Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante la presencia de colombianos es bien notoria. Ya hemos madurado, dejemos de lado las reivindicaciones a veces inexactas propias de izquierdismos trasnochados o de mala información sobre el pasado colonial. “Lo mejor del mundo es España y España es Castilla y ancha es Castilla”. Así escribió Eduardo Caballero Calderón en su libro Ancha es Castilla.

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Ojalá todas las empresas se comprometieran como lo ha hecho la Fundación Aviatur a cumplir los 10 principios del Pacto Global de las Naciones Unidas por el Medio Ambiente. Aviatur fue, además, fundador del Pacto Global para Colombia y logró que trajeran la sede de América Latina para nuestro país.

*Por su interés reproducimos este artículo de Andrés Hurtado García publicado en El Tiempo.