Hoy: 22 de noviembre de 2024
Una investigación del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha concluido que los trastornos psicológicos suponen un factor de riesgo de mortalidad general, así como de padecer enfermedades cardiovasculares y tumores.
Además, esta asociación fue más pronunciada entre los participantes que no habían sido diagnosticados previamente con trastornos mentales y aquellos que no estaban bajo tratamiento con medicamentos para problemas mentales, según Europa Press.
El estudio, publicado en la revista Journal of Psychiatric Research, indaga en la relación entre el distrés psicológico y la mortalidad en la población adulta española, basándose en el análisis de datos de 21.003 individuos seguidos durante un período de 9 años.
Los hallazgos del estudio señalan que los individuos que experimentan distrés psicológico se exponen a un mayor riesgo de mortalidad. Específicamente, se evidenció que el riesgo de mortalidad global era de 1,18 entre las personas con trastornos psicológicos previamente diagnosticados, en comparación con 1,34 en aquellos sin diagnóstico previo.
Además, se observó que los participantes con distrés psicológico que recibían tratamiento farmacológico para trastornos mentales presentaban un riesgo de mortalidad menor en comparación con aquellos que no estaban en tratamiento.
El grupo de trabajo Mortality to Spanish Health Surveys (MESES), liderado por el investigador del ISCIII, Iñaki Galán, y conformado por las investigadoras Teresa López-Cuadrado, Cristina Ortiz y Ana Ayuso-Álvarez, ha llevado a cabo una investigación pionera.
Teresa López-Cuadrado e Iñaki Galán destacan la relevancia de las conclusiones de este estudio en el ámbito de la salud pública. Subrayan que a pesar de la alta prevalencia de los trastornos de salud mental, “muchas personas no buscan ayuda profesional con prontitud, y, por tanto, pueden recibir el tratamiento demasiado tarde, o incluso no llegar a recibirlo”.
Para realizar este estudio, se tomaron en cuenta datos de la Encuesta Nacional de Salud, bajo la coordinación del Ministerio de Sanidad, así como información de los registros de defunción hasta diciembre de 2020.
El principal instrumento de evaluación que se usó fue el GHQ-12, un cuestionario de cribado autoadministrado diseñado para identificar la prevalencia de posibles trastornos psiquiátricos o problemas psicológicos en la población.