Las diferencias económicas también se reflejan en la salud. En 2023, los españoles con mayor nivel de renta destinaron una media de 938 euros a gastos sanitarios, una cifra que contrasta de forma contundente con los 265 euros que gastaron quienes pertenecen a hogares con ingresos más bajos. Así lo revela un informe de la Fundación BBVA sobre el gasto privado en salud, publicado este jueves, que analiza datos del Ministerio de Sanidad y del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El documento subraya que, entre 2003 y 2022, el gasto privado en salud en España se incrementó un 50%, alcanzando los 33.606 millones de euros, lo que equivale al 25,9% del gasto sanitario total. El mayor aumento se ha producido en el ámbito de los seguros privados, cuyo gasto subió un 88% en ese periodo, mientras que los pagos directos de las familias, que representan el 72% del gasto privado, crecieron un 42%.
La única interrupción de esta tendencia se produjo en 2020, en plena pandemia, debido a las restricciones de movilidad que redujeron el uso de servicios sanitarios privados. Sin embargo, desde entonces el gasto se ha retomado al alza y en 2022 ya había alcanzado los niveles más altos de la serie.
El informe destaca el «papel relevante» que tienen los hogares en la financiación de la atención sanitaria. En 2023, las familias dedicaron un 4,8% de su presupuesto total a la salud, frente al 3,4% que destinaban en 2006. A pesar de la cobertura del sistema sanitario público y universal, el gasto privado continúa creciendo, impulsado por un cambio en los hábitos de consumo sanitario.