Las cicatrices del alma

1 de septiembre de 2024
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Respeto I Fuente: Freepik

Nacemos limpios de pesares, luego nuestros ojos se abren a la luz y comenzamos a sentir el calor de la vida en nuestros cuerpos.

Nuestros corazones permanecen intactos, sin marca alguna y empezamos a vivir cuando somos capaces de dar los primeros pasos y así podernos aproximar a esos objetos que nos llaman tanto la atención.
Luego, comienza esa carrera, hora a hora, día a día, mes tras mes y año tras año, de ese auténtico paso a la vida, con sus alteraciones propias, y enseñanzas constantes.

Es entonces, cuando comenzamos a entender el significado auténtico de vivir. Y es cuando nos adentramos en esa multitud de situaciones que nos conducirán a sentir la maravilla del amor
y el dolor del desamor.

Sentiremos nuestros triunfos, sacándoles ese sabor dulce del éxito y conoceremos la amargura que proporciona el fracaso.
Seremos capaces de soportar las enfermedades de los que queremos más que a nosotros mismos, y soportaremos esa triste experiencia del desamor.

La vida sin amor es como vivir en un campo helado. Es la sensación de desamparo y soledad que se mete en ese corazón que sufre la indiferencia, todo porque el amor lo llevamos tatuado en nuestros corazones al nacer y lo esperamos.

Esa sensación de frialdad, produce esas cicatrices en el alma que se acumulan a lo largo de la vida.

Sentirse querido es el mejor regalo que podemos recibir los seres humanos y saber repartirlo a los demás, es la sensación mas satisfactoria y beneficiosa para vivir en paz.

Es esta época tan vacía de afectos, viviendo casi por impulsos, con un consumismo feroz, es la hora de preguntarnos.
¿Merece la pena vivir solo y exclusivamente por y para mi?

¿Solo daremos a nuestros hijos la enseñanza del despotismo?
¿Les enseñaremos ese juego tan actual ahora de las vanidades?
¿No sería mejor enseñarles los beneficios que proporciona el esfuerzo y la voluntad para lograr realizar con éxito lo que de verdad quieran conseguir?

Conocemos muchos casos hoy, de pérdida de dignidad, ya han perdido todo, y pueden hacer cualquier cosa, ya no son nadie.

Somos seres humanos, no somos máquinas, pongamos en práctica nuestros sentimientos, se lo debemos a esta vida que nos fue entregada, para mucho más que solo para vivirla.
¡Respetemos a los demás para ser respetados!

Sin dignidad, serán vidas baldías, pues perdieron todo ese valor tan fundamental para ser alguien que merezca ser respetado.

4 Comments

  1. Qué bonito escrito, tan cierto y bien descrito.
    Hoy en día los sentimientos son lo último que se antepone, todo se hace por lo material y nos da igual sacrificar las conexiones personales por cosas de las cuales nos desprenderemos a lo largo de la vida.
    Los recuerdos no se labran con lo material, si no con quienes disfrutamos la vida.
    Que importa lo que tengamos si después no tienes con quien compartirlo y en quien apoyarte.

  2. Es una reflexión llena de enseñanzas. Es importante reflexionar sobre la vida, ya que la gran mayoría de las veces nadie se pregunta porqué actúa de una forma o de otra, sin embargo, creo que hay un factor común en todos nosotros: la esperanza de una vida mejor siempre está en nuestra mente, debemos actuar y pensar en mejorar todo lo que esté en nuestra mano tanto con nosotros mismos como para los demás, para que de alguna forma ese bien que estamos haciendo vuelva a nosotros y sea posible obtener esa ansiada felicidad.

  3. Pues, como siempre, toda la razón, lo mejor que nos puede pasar en la vida es poder amar y ser amados, es difícil, porque es sacrificado, recibes, pero hay que dar mucho y hacer muchos sacrificios para conseguirlo. Cuando el cariño es de tu sangre, todo merece la pena porque es un regalo casi divino, cuando llega uno de fuera que no te merece la pena mejor dejarlo por el camino y… hasta nunca.

  4. Ser digno y merecedor como dices de los dones que se nos han dado al nacer. Pulirlos, afinarlos como se afina un instrumento musical. Pero para ello se necesita un ejercicio previo que está en desuso, el de “conócete a tu mismo”. Todas las miradas las dirigimos hoy hacia fuera, cuando lo importante está dentro. Es de ahí de dónde puede salir lo mejor de nosotros, a lo que tendríamos que prestar más atención y que más descuidado tenemos. No puedes dar amor del bueno, si no has aprendido a aceptarte como eres y a quererte siendo conocedor de tus defectos y potenciador de tus virtudes. Ahí es donde reside la dignidad de la persona , cuando se conoce , sabe cuál es su autenticidad y así se muestra a los demás, sin más. Eso es para mi tener dignidad. Gracias por hacernos tomar conciencia de ello y reflexionar.

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