Las bandas latinas han amputado 90 miembros humanos

No es fácil salir de la banda. A veces los jefes imponen la mutilación de algún dedo o de la oreja para conseguir la libertad

Las bandas latinas han experimentado un resurgimiento en los últimos años en la Comunidad de Madrid, tras el declive hace varios lustros, hacia el año 2000, de los tristemente famosos Latin King y sus rivales Los Ñetas, bandas que ahora vuelven a estar en auge junto con otras nuevas y de extrema violencia todas ellas.

En 2000, eran bandas de jóvenes de en torno a 20 años, hijos de la ya entonces creciente migración latina en España, que, sin ningún motivo, se citaban fines de semana en parques de la capital, provistos de machetes y cuchillos, y se peleaban entre ellos a muerte. Un sinsentido total. El absurdo por el absurdo.

Y eso que muchos de los contendientes procedían incluso del mismo país. Querían ser espejos de bandas matrices del mismo nombre que también se peleaban por territorios, o por no se sabe qué, en sus países de origen. A puñaladas, machetazos y linchamientos.

La policía detuvo y encarceló en aquella época a sus líderes, y a decenas de guerreros, y aquellas virulentas bandas dejaron progresivamente de ocupar muchos lunes las primeras páginas de los periódicos dando cuenta de horribles crímenes entre muchos que por regla general no superaban más allá de los 25 años.

Los Latin King perdieron entonces la guerra contra la implacable persecución de la policía. Raro era el fin de semana que no salían en los medios por sus brutalidades. Incluso con muertes por apuñalamiento.

Los Latin King han despertado de nuevo con virulencia. Nunca han dejado de estar, pero el encarcelamiento de sus jefes minimizó su capacidad de generar violencia. Y junto a ellos se hallan en la actualidad otras dos bandas que en aquella época solo se estaban gestando.

Son los Domenican Don’t Play (los DDP) y Los Trinitarios. Estos últimos han causado últimamente muertes en Madrid, y también ellos acumulan víctimas mortales. Y ya no solo portan machetes. Las armas de fuego suelen estar presentes en sus contiendas.

En los últimos dos años han diseñado en la estadística un dato pavoroso. Las reyertas y contiendas entre ellos o contra otras bandas, o con miembros que quieren salir de ese entorno de violencia irracional, son las causa del alrededor de un centenar de mutilaciones de miembros humanos que llevan cosechados en sus trifulcas. Han segado dedos, manos, pies y orejas, fundamentalmente.

A veces, también se causan mutilaciones entre ellos, a instancias de los jefes, cuando algún miembro quiere abandonar la banda con la finalidad de no buscarse problemas con la policía. Se les impone la mutilación de algún dedo de la mano o del pie. También a los delatores.

La policía tiene un equipo especial para combatir la sinrazón de estas bandas que se citan para matarse. También la Guardia Civil. El Ayuntamiento de Madrid se quejó de la violencia que generan.

La técnica de las bandas es captar a jóvenes, y cada vez de menos edad, a las puertas de institutos. Buscan a chicos con desarraigo familiar. En edades cortas, a veces incluso de 14 años, conscientes de que, al ser menores, les asiste la cuasiimpunidad.

En Marzo de 2023 murió fulminado de una cuchillada en el corazón Alex, de los Trinitarios, de 23 años, en el distrito madrileño de Tetuán, en la calle de Bravo Murillo. Un certera cuchillada en el corazón. Hubo seis detenidos.

Pertenecían a una facción díscola de Los Trinitarios. Pues no sólo se matan o mutilan frente a los miembros de otras bandas rivales. A veces surgen disidentes, que discrepan del jefe, y unos y otros se citan para resolver sus diferencias a puñaladas y machetazos.

Menores incluso de 14 años

El pasado septiembre, la reyerta fue con armas de fuego, en Carabanchel. Cinco heridos graves de entre 19 y 24 años. Los autores, dos jóvenes de 17 y 22 años, de los Trinitarios. En una pelea con los DDP.

Las bandas ya no se componen solo de jóvenes bajo el denominador común del país de origen. La presencia de marroquíes y norafricanos e incluso españoles en ellas es cada vez más frecuente. También hay chicas de entre 14 y 20 años que se meten en esas pandillas para acompañar al grupo y a su novios en sus contiendas.

Estas bandas tienen mayor presencia en dos de los 20 distritos de Madrid: el de Villaverde, con especial atención al barrio de San Cristóbal de los Ángeles, y el de Carabanchel, con especial atención al barrio de Opañel.

Según un estudio del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Villaverde tiene una población de 126.802 habitantes, con un 20% de inmigrados; su barrio de San Cristóbal, 13.615 habitantes y un 40% de inmigrados.

Carabanchel por su parte, añade el citado estudio, alberga una población de 248.017 habitantes, con un 21,34% de inmigrados; y su barrio de Opañel tiene 33.447 habitantes, un 20,78% inmigrados. «Los niveles socioeconómicos de ambos distritos y el tamaño y escasa calidad de las viviendas suelen ocasionar la presencia y formación en sus calles de toda clase de grupos de niños y jóvenes», reza el informe.

Los llamados Latin Kings de la Sagrada Tribu American Spain (STAS), Reino Inca13, se han estado moviendo sobre todo por Usera y Carabanchel. Luego, a nivel de miembros y de acciones delictivas, están los Ñetas, más notorios en Vallecas y Majadahonda.

Tetúan y Lavapiés

Y luego los Dominicans Dont Play, sobre todo en Tetuán y Lavapiés. Después habría muchos otros que aparecerían y desaparecerían, como por ejemplo los Latinos de Fuego, que surgieron a partir de los Latin Kings y que, habiendo llamado la atención un tiempo en Usera, habrían vuelto a unirse en ese barrio con los Kings.

Y de un modo parecido los Forty Two se habrían formado a partir de los Dominican Dont Play, seguramente por problemas de liderazgo surgidos cuando en el grupo empezaron a entrar ecuatorianos además de dominicanos. En resumen: “por problemas infantiles, pero de niños que han cometido muchos delitos en Madrid”.

Los objetivos de las bandas es arrebatar el control a sus rivales de barrios de Madrid, especialmente, en la zona sur. En los últimos meses, son varios los episodios graves perpetrados en distritos como Usera, Villaverde, Puente de Vallecas y Arganzuela; el miércoles por la noche, Carabanchel.

Fue este el último escenario de las cacerías en las que participan Trinitarios, Dominican Don’t Play (DDP) y los más veteranos, los Ñetas.

Los atacantes, con armas de fuego, iban encapuchados y vestidos de oscuro. Se acercaron a sus víctimas, de los DDP, que estaban en una zona ajardinada donde hay asientos y mesas. Fueron sorprendidos a tiros, de manera indiscriminada.

A uno le dieron en el tórax, a otro en la lumbar, un tercero que intentaba esconderse en una marquesina de autobús fue alcanzado en un brazo y en la espalda…

La refriega llegó hasta Vía Carpetana, con cuatro varones heridos de bala y un quinto a machetazos en distintas partes del cuerpo.