Los Gobiernos no están para ser insultados, sino para ser requeridos a una vida sensata con parámetros que el opinante ofrece objetivamente como valiosos. Sin crítica, no hay posibilidad de retomar otros caminos diferentes que puedan cromatizar el monocolor de las ideas que, sin disimulo apenas, quieren imponernos.
El ministro de la Presidencia ha requerido a sus medios afines la multiplicación de un video, nacido intencionadamente en las cuevas de la propaganda, que precisa de réplicas adecuadas… El hombre no es la medida de todas las cosas, señor ministro, y mucho menos las ideologías que revisten las mentiras de libertad. La verdad ella sola preside el corazón del hombre, sin necesidad de ser proclamada ni falsamente abanderada por nadie, especialmente por aquellos que aún no la han encontrado.
Lejos de mi intención ofender al Gobierno pero, como español medianamente lúcido, he decidido ser un católico que no necesita de las luces apagadas que usted pueda ofrecerme envueltas en papel de plata.
Creer, señor ministro, es ver más allá, desplazar los horizontes, y no solicitar adhesiones a una vida insensata.