La Sala Militar sigue con dos vacantes tras el frustrado intento de los progresistas del Consejo de poner un presidente afín a Sánchez en el tribunal de Ayuso

Los jueces Enrique López, Jesús Barrientos y José Luis Concepción alcanzan al que era favorito, Celso Rodríguez Padrón, del TSJM

La idea era que el actual presidente del Tribunal Superior de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, fuese nombrado para cubrir una de las dos vacantes que a día de hoy sigue habiendo en la Sala Militar del Tribunal Supremo. Una sala muy cómoda, que preside Jacobo López Barja de Quiroga, no hay demasiado trabajo, en ella está de magistrada la mujer de Cándido Conde-Pumpido.

Pues a este sitio tenían previsto llevar a Celso, un histórico de la judicatura.

Se conjuraron para ello los jefecillos de los dos bloques, progresistas y conservadores, 10 votos contra 10 votos, aunque a la presidenta, que también lo es del Tribunal Supremo, la propuso el PSOE. Se necesitan 13 de los 21 votos para nombrar a los altos cargos judiciales.

Es decir, ambos bandos tienen que prestarse uno o dos votos para los nombramientos. Y lo hacen, pero con pactos: vosotros nombrais a este y nosotros a este otro. Buscan jueces afines que, llegado el momento, se inclinen por sus postulados:

Al actual presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, le prometieron en el Consejo del Poder Judicial que, si pedía ser nombrado magistrado de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo, le darían la plaza.

Y la pidió.

Tenían hablado incluso los nombres del bloque enemigo que votarían, para conformar la mayoría absoluta, al candidato propuesto por los otros. Todo se fue fue a pique cuando FUENTES INFORMADAS publicó que los conservadores del Consejo estaban dispuestos a darle una de las dos plazas de la Sala Militar a Celso para que este deje la presidencia de Madrid y poner en su lugar, tras quedar vacante esta plaza, a un juez de la órbita del sector progresista.

La presidencia de Madrid es muy codiciada por el PSOE de Sánchez. Es la sala que juzga e investiga a los aforados de la política madrileña, entre los que está la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del PP.

El pacto consistía en permitir a los vocales progresistas hacerse con la vacante que eventualmente dejaba el actual presidente del TSJ de Madrid.

Y poner al frente del alto tribunal madrileño a un presidente afín al sector sanchista, que odia a la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso. A Sánchez nada le gustaría más que verla empurada.

Pero la información de este digital sobre el contenido del pacto fracturó la idea. Y dejó a Celso compuesto y sin novia. Ha habido varios plenos del Consejo y se han cubierto todas las plazas vacantes que había en la distintas salas del alto tribunal menos la de lo Militar. La Sala 5. Continúan las dos vacantes.

Y Celso sigue estando ahora entre los aspirantes, así como el juez José Ricardo de Prada, el ogro de los conservadores, a quien apoya el PSOE. Y también Enrique López, juez de la Audiencia Nacional que estuvo en el Tribunal Constitucional. Y Carmen López, y Jesús Barrientos, presidente del Tribunal Superior de Cataluña.

Son dos plazas, y Barrientos suena con mucha fuerza para una de ellas, de la otra se dice que irá a manos de una juez amiga de Clara, esposa del presidente del Constitucional. También se postulan a una de estas dos plazas los jueces Rouco y José Luis Concepción, presidente del Superior de Castilla y León.

Pero también suenan con fuerza Enrique López y Concepción. Es decir, lo de Celso ya no está nada claro. Aunque en su actual cargo, presidente del único tribunal que puede dar un paseíllo a Ayuso, siguen muy interesados los progresistas.