El 2 de enero de 1959, la sonda Luna 1 se convirtió en la pionera al alcanzar la velocidad de escape de la Tierra. Separándose de la tercera etapa del cohete, la nave soviética inició su travesía hacia nuestro satélite.
Tan solo un día después, a una distancia de 113.000 kilómetros de la Tierra, la sonda, con 1.472 kilos de peso, 5,2 metros de longitud y 2,4 de diámetro, liberó una nube de gas de sodio de 1 kilo. La estela de color naranja que dejó a su paso, visible desde el océano Índico con el brillo de una estrella de sexta magnitud, permitió a los técnicos observar el comportamiento del gas en el vacío.
La sonda, una esfera de 80 centímetros de diámetro construida de magnesio y aluminio con un peso de 361 kilos, se aproximó a 5.995 kilómetros de la superficie lunar el 4 de enero. Después de 34 horas de vuelo, se convirtió en el primer satélite artificial que orbita entre la Tierra y Marte. Contrariamente a los planes, no impactó en la Luna debido a un fallo en el sistema de control del cohete que la lanzó, según informa Wikipedia.
Inicialmente conocida como Mechta, que significa ‘Sueño’ en ruso, la sonda fue la primera de la exitosa serie soviética de sondas interplanetarias dirigidas a nuestro satélite, denominada Programa Luna. En 1963, fue rebautizada como Luna 1, aunque en Occidente se hizo popular con el nombre de Lunik 1. Este hito sentó las bases para futuras exploraciones espaciales y dejó una huella imborrable en la historia de la conquista del espacio.