Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL) anunció el pasado lunes la convocatoria de una reunión de emergencia con todas las partes implicadas en la crisis del Banco Central de Libia. La medida responde al riesgo de colapso financiero y económico que enfrenta el país, tras la decisión del Gobierno del este de suspender la explotación y exportación petrolera debido al conflicto con el Ejecutivo de Trípoli sobre el control del banco.
La UNSMIL ha señalado que el objetivo de la reunión es alcanzar un consenso basado en acuerdos políticos que incluya la independencia del banco y garantizar la continuidad de los servicios públicos. Así, ha pedido levantar “de inmediato” el estado de fuerza mayor en los yacimientos petrolíferos y “abstenerse de utilizar la principal fuente de ingresos del país con fines políticos”.
Además de instar a “suspender todas las decisiones unilaterales relacionadas” con el banco, ha solicitado “detener cualquier escalada y abstenerse de utilizar la fuerza para lograr objetivos políticos o intereses fraccionales” y garantizar la seguridad de los empleados del banco, protegiéndoles de “amenazas y detenciones arbitrarias”.
“Continuar con acciones unilaterales tendrá un costo para el pueblo libio a la hora de resolver la crisis prolongada y corre el riesgo de precipitar el colapso financiero y económico del país”, reza un comunicado en el que la misión ha expresado “su profunda preocupación por el deterioro de la situación en Libia “como resultado de las decisiones unilaterales”.
Las divisiones políticas entre el este y el oeste del país permanecen a pesar del acuerdo de alto el fuego de 2020 respaldado por Naciones Unidas y que aún hoy desembocan en conflictos en torno al oro negro dado su peso en la economía de la nación africana. Libia produjo en total unos 1,15 millones de barriles diarios de crudo el mes pasado.