La insoportable vulgaridad del ser

29 de octubre de 2024
1 minuto de lectura
María de Jesús Montero. | EP

Cuando me detengo ante un estanque admiro la serenidad del agua, su quietud para ser espejo de los árboles vecinos, de las rosas de enfrente. Si voy al mar, luchan mis ojos con el agua sobresaltada por la mano del viento que la mueve en una danza de espumas y agradezco, entonces, a los ríos su calma inquieta, su sede de sal en las últimas orillas… Toda el agua es un afán por cambiar de postura sin descomponer la belleza de su movimiento.

Cuando, casualmente, aparece en algún telediario la bancada de los ministros y observo los gestos, las palmas, las palabras y miradas de la vicepresidenta primera, se amontona de pronto la vulgaridad más extrema y lo único que pido a mi sensatez es olvidarla.

Me gustaría de pronto detener los instintos de quienes aplauden incomprensiblemente y advertir que la vulgaridad es el descuido de no haber seleccionado lo hermoso de la vida. Esta señora no sabe de posturas ni de composturas, es una lágrima llorada en los ojos de los que, sin remedio, la vemos aparecer en su puesto de frutas pregonando quimeras.

pedrouve

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Después de las palabras que Kiko Rivera dijo en televisión, Isabel Pantoja ha hecho su primer movimiento público

La artista ha reaparecido en redes sociales para compartir una publicación centrada exclusivamente en su trabajo…
'Franco ha muerto', la notiocia que cambió la historia de España

‘Franco ha muerto’: así se gestó la noticia que cambió la historia de España en el siglo XX

La gran exclusiva se construyó entre hospitales, fuentes confidenciales y una decisión tomada al filo del amanecer…

Michelle Obama presenta ‘The Look’, un libro que va mucho más allá de la moda

Como primera mujer negra en ocupar el rol de primera dama, Obama sabía que todos sus movimientos serían analizados…

La declaración de amor de Óscar Casas a su pareja Ana Mena

“A esta chica tan guapa, te quiero”, expresó tímidamente, mientras sostenía la mano de Ana Mena…