Las parejas que desean tener descendencia lo intentan en cualquier época del año. Sin embargo, en verano suele haber una mayor predisposición a mantener relaciones sexuales.
Las razones son múltiples: más tiempo libre, menos estrés, mejores condiciones de luz y temperatura, y mayor convivencia en pareja, lo que facilita las oportunidades. Así lo explica el profesor Pluvio Coronado, académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME).
Pero existe u problema. En España, el 10–15% de la población sufre infertilidad:
“La prevalencia podría estar infradiagnosticada porque no hay un acceso universal a las pruebas de fertilidad, muchas parejas no buscan o retrasan la intervención médica y aún coexisten determinados tabúes sociales”
Así lo advierte el Prof. Pluvio Coronado, también titular de Obstetricia y Ginecología en la Universidad Complutense de Madrid, jefe de Ginecología en el Hospital Clínico San Carlos y presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia.
La infertilidad es una tendencia creciente que afecta tanto a hombres como a mujeres. En ellos, se ha observado una progresiva disminución de la calidad espermática. Las causas posibles: exposición a disruptores endocrinos, obesidad, consumo de tóxicos como el tabaco. En ellas, el principal factor es el retraso de la maternidad. Esto reduce la respuesta ovárica y la calidad ovocitaria, según afirma el Profesor.
Los niveles elevados de estrés se asocian a mayor tiempo para lograr el embarazo y a mayor riesgo de infertilidad. Aunque no existen cifras exactas sobre la infertilidad causada exclusivamente por el estrés, se estima que muchos casos sin causa aparente podrían mejorar si disminuye la tensión emocional. Las consecuencias psicológicas no son menores.
La infertilidad puede causar insomnio, ansiedad, depresión en hasta un 21-54% de las mujeres, baja autoestima y conflictos de pareja. A esto se suma la carga económica de los tratamientos, el estrés prolongado y el impacto en la salud asociado a la medicación hormonal, especialmente en el sistema cardiovascular.
La Organización Mundial de la Salud define la infertilidad como la incapacidad para lograr un embarazo tras 12 meses de relaciones sexuales regulares sin protección si la mujer es menor de 35 años, o tras 6 meses si tiene 35 o más.
El diagnóstico comienza con una historia clínica detallada, exploración física y análisis hormonales generales. En los hombres, el seminograma permite evaluar el número, la movilidad y la forma de los espermatozoides. En las mujeres, se analizan hormonas como estrógenos, progesterona, prolactina, función tiroidea y hormona antimülleriana. También se realiza ecografía vaginal y estudios de permeabilidad tubárica como la histerosalpingografía, que permite visualizar útero y trompas de Falopio.
Implementar programas de educación sobre fertilidad desde etapas tempranas es clave. Medir la reserva ovárica en torno a los 30 años mediante la hormona antimülleriana y el recuento de folículos antrales puede ayudar a anticipar problemas y planificar una gestación a tiempo.
Las principales técnicas de reproducción asistida son: inseminación artificial, fecundación in vitro (FIV), ovodonación, inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), congelación de gametos o embriones, y preservación de fertilidad mediante trasplante de tejido ovárico en casos oncológicos o con riesgo de fallo ovárico prematuro.
En los últimos años han surgido alternativas menos intensivas. Es el caso de la “mini-FIV” y la selección embrionaria asistida por inteligencia artificial. También hay terapias innovadoras en fase de estudio, como Fertilo. Esta tecnología permite la maduración de óvulos fuera del cuerpo, usando células ováricas diseñadas en laboratorio. A diferencia de la FIV tradicional, Fertilo reduce la duración del tratamiento y el uso de hormonas. Es una opción más rápida, segura y accesible para muchas mujeres.
Otra novedad es OXO-001, una píldora oral no hormonal en fase III de estudio. Mejora la implantación embrionaria, las tasas de embarazo y la tasa de nacimientos en mujeres sometidas a FIV o ICSI. Aún no está disponible en el mercado.
La FIV tiene una tasa de embarazo mensual del 55-65% por ciclo. La tasa acumulada tras cinco ciclos asciende al 75%. En el caso de Fertilo, la tasa de embarazo por ciclo ronda el 44%. Y concluye el Prof. Coronado:
“En España, alrededor del 12% de los nacimientos de 2022 procedieron de reproducción asistida”
Según comenta, es fundamental la idea de visibilizar la infertilidad como una enfermedad común, abordar sus causas desde una perspectiva integral y seguir avanzando en soluciones médicas accesibles y eficaces.