Hoy: 21 de septiembre de 2024
La infancia detenida
F. I.
José Eladio Camacho
No todo guarda la debida distancia. No importa el tiempo que llevemos en la nave, algunas cosas nos siguen conmoviendo. Nos golpean inesperadamente en el momento más inoportuno. Nos hiere como palabra en dardo lanzada a destiempo. Tan innecesaria como un inmerecido elogio.
Detenida en el umbral del sótano carcelario encontré una niña perdida. Su apariencia infantil me compiló a preguntarle su edad. Sólo 18 años, y de ellos me temo que muchos apenas la habían rozado. Su aspecto era de una chica de instituto, solo que ella venía de lugares menos habitables. Sostenía la mirada sin ningún tipo de emoción o afecto.
Como si su mente hubiera quedado al otro lado de las rejas. Se intuía que su casa había sido deshabitada hacía tiempo, desmontada de tal forma que ya a nadie se espera. Se tiene la impresión que su lectura de derechos le es tan ajena y lejana como una patera a la deriva. Que fuera de lo que se ve nada queda.
Sabe que pronto quedará libre para colocarse otras cadenas. Algún día, salvo que lo impida algún confuso dios, volverá transformada en otra que habrá devorado para siempre a la que hoy todavía se esboza.
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Hay personas que alguna vez han deseado ser invisibles, otras por el contrario han deseado dejar de serlo, hasta que un dia alguien hace algo tan sencillo como ponerles un abrigo alrededor de sus hombros porque aparentan tener frio, y de esa manera hacerles saber con ese sencillo gesto que no están solas, que el mundo no ha terminado par ellas, que las añora, que las espera, para que confíen. Porque un heroe puede ser cualquier.
Es una situación que nadie desea para nadie.
Solo con darles la mano, se sentiran seguras, con una sonrisa se sentiran queridas y con una mirada dulce sentirán que son importantes al no sentirse invisibles.
Lo importante es no mirar para otro lado, solo con una palabra podremos
enseñarles que existen otros caminos. y que ellas son tan necesarias como lo somos todos,
no es caridad, es poner en practica las palabras de nuestro querido Maestro.
Amaros los unos a los otros.
Por favor, intentemoslo.
Si el Maestro como usted dice se hubiera aplicado lo de “Amaros los unos a los otros ….y continua la enseñanza ….como yo os he amado”, a mi hermana no la hubiera asesinado una de sus creaciones, para los de la LOGSE ( uno de nosotros) de un tiro en la cabeza embarazada de 6 meses. Por ese motivo y por muchas cosas más mi opinión es que hemos sido nosotros los que le hemos creado a él y no él a nosotros. Reciba un cordial saludo.