La hormiguita danzarina

6 de noviembre de 2024
1 minuto de lectura
Para Ari Garrido Bartolomé

La hormiguita danzarina no descansaba nunca. Con piruetas y azarosa iba y venía de un lado a otro para acabar en ningún sitio. Su labor un rito como un trajín sin final. Una tarea siempre inacabada ya que una acción llevaba aparejada otra, y así se encadenaban actos en una rueda constante, imparable, sin principio ni final definido. Un para siempre rodando en lo eterno. El trabajo repetido pierde utilidad. No aprovecha a nadie.

El hormiguero solo era un lugar de paso, nunca hogar definitivo donde quedarse. Quién no permanece nunca encuentra acomodo y además nunca se le espera. Nadie pertenece a un rincón cuando el viaje es continuo. Aunque sean otras, pensaba, siempre transportamos la misma piedra. Mejor sería dejarlo y empezar a renombrar a las semejantes para así ser capaz de distinguirlas, perder la confusión de lo absolutamente similar. Ser, por fin, distintas entre las iguales.

Cesó bruscamente el baile y la faena e inscribió los nombres de todo el hormiguero en un registro. Luego las fue llamando una a una hasta que nombradas por fin se reconocieron. Finalizado, volvió a la tarea y pensó que con apellido, al menos ahora, si parecían ser originalmente diferentes. Satisfecha, y con amplia sonrisa, volvió a sus danzas.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

El presente, ese instante en que se enfría el café

‘Antes de que se Enfríe el Café’, una obra que invita a la reflexión en términos de observación personal…

Los costos de una paz que no llega a Ucrania

El último plan no ofrece prácticamente nada que ayude a Zelensky a convencer a su pueblo, salvo una vaga insinuación…

México necesita paz y la sociedad tiene un papel clave según la Iglesia católica

La paz, como recuerda la Iglesia, no es un concepto abstracto ni algo que suceda por sí solo: también nos…

¡Tan bella, como injusta!

Bella sin alma: Crónica de una Jueza en Torenza cuya Hermosura es Directamente Proporcional a la Injusticia de su Proceder…