A veces, una sola imagen puede contar más que mil titulares. Una de esas fotografías que duele mirar, pero que no podemos dejar de ver, acaba de ser reconocida como la mejor del año por el prestigioso certamen World Press Photo 2025. Es una imagen que atraviesa el alma: la de un niño palestino de 9 años, Mahmoud Ajjour, mutilado por un ataque israelí en Gaza. Una escena que captura la crudeza de la guerra, la pérdida de la infancia y, pese a todo, la resiliencia humana.
La autora del estremecedor retrato es la fotógrafa palestina Samar Abu Elouf, también víctima del conflicto, quien ha conseguido dar voz al sufrimiento silenciado de los más pequeños. La imagen muestra a Mahmoud, con camiseta y sin brazos, tras sobrevivir a un bombardeo mientras su familia huía. Volvió atrás con la esperanza de dar ánimo a los suyos, pero una explosión le cambió la vida para siempre. “Mientras su familia huía de un ataque israelí, el menor regresó para animar a los demás a seguir adelante. Una explosión le amputó un brazo y mutiló el otro”, ha informado la Fundación World Press Photo.
Actualmente, Mahmoud se encuentra en Catar, donde ha sido evacuado junto a su familia para recibir tratamiento médico. Allí está aprendiendo a utilizar los pies para realizar acciones cotidianas como jugar con el teléfono, escribir o abrir puertas. “Además, necesita asistencia especial para la mayoría de las actividades diarias, como comer y vestirse”. A pesar de todo, sueña con conseguir unas prótesis que le permitan vivir como cualquier otro niño.
La fundación organizadora del certamen ha querido recordar que los niños son los grandes perjudicados en los conflictos armados: “Los niños se ven afectados de manera desproporcionada por los conflictos y la guerra”, han señalado, destacando que “en diciembre de 2024, Gaza tenía más niños amputados per cápita que cualquier otro lugar en el mundo”.
Samar Abu Elouf, la fotógrafa que capturó este doloroso momento, fue evacuada en diciembre de 2023 y ahora reside en el mismo complejo de apartamentos en Doha donde vive Mahmoud. Desde allí, ha establecido vínculos con otras familias gazatíes heridas y ha seguido documentando sus historias: “Ha documentado a algunos de los pocos gazatíes gravemente heridos que lograron salir para recibir tratamiento”.
La imagen de Mahmoud no fue la única en destacar. Como finalista, el estadounidense John Moore presentó Cruzar la noche, una poderosa fotografía sobre la migración china a través de México hacia Estados Unidos que refleja “la desesperación de quienes buscan una vida mejor”.
Otra instantánea impactante, finalista en segunda posición, fue la del mexicano Musuk Nolte, titulada Sequía en el Amazonas. Su fotografía muestra los efectos devastadores del cambio climático: un joven caminando dos kilómetros por el cauce seco del río Manacapuru para llevar comida a su madre, en una zona que antes solo era accesible por bote.
En esta edición del certamen, el jurado ha querido poner el foco en tres grandes temáticas que marcaron el año: conflictos, migración y cambio climático. Desde Gaza hasta el Amazonas, pasando por la frontera entre México y Estados Unidos o las secuelas de la guerra en Ucrania, las imágenes seleccionadas no solo informan: interpelan, conmueven y nos obligan a mirar más allá de los titulares.
Una mención especial también recayó en la imagen del alemán Florian Bachmeier, Más allá de las trincheras, que retrata a una niña ucraniana de seis años traumatizada y con ataques de pánico tras huir de la guerra.
Y en América del Norte, otra imagen potente fue seleccionada: el momento en que el servicio secreto estadounidense ayuda al candidato Donald Trump a bajar del escenario tras el atentado que sufrió en pleno mitin de campaña.