Hoy: 23 de noviembre de 2024
Una dieta saludable y la práctica de ejercicio regular disminuyen el riesgo de diabetes tipo 2 incluso en personas con un alto riesgo genético, tal y como explica un estudio de la Universidad de Finlandia Oriental publicado en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.
Según la Federación Internacional de Diabetes (FID), uno de cada once adultos en todo el mundo padece diabetes, y la diabetes tipo 2 representa el 90% de los casos. Estudios anteriores han demostrado que la diabetes tipo 2 se puede prevenir eficazmente mediante cambios en el estilo de vida, pero este ha sido el primero en explorar si la enfermedad se puede prevenir incluso en personas portadoras de numerosas variantes genéticas predisponentes.
El ensayo T2D-GENE consistió en una intervención de estilo de vida de tres años en la que participaron casi 1.000 hombres de entre 50 y 75 años de edad que tenían una glucemia en ayunas elevada. El grupo de intervención de estilo de vida incluyó a más de 600 hombres, y el resto sirvió como grupo de control.
Los hombres del grupo de intervención recibieron orientación sobre estilos de vida que promueven la salud en reuniones grupales, así como apoyo a través de un portal web diseñado para el estudio. Los participantes pertenecían al tercil más bajo o más alto en términos de riesgo genético, es decir, tenían un riesgo alto o bajo de desarrollar diabetes tipo 2. El riesgo genético se determinó en función de 76 variantes genéticas que se sabe que predisponen a la diabetes tipo 2.
Los hombres que participaron en la intervención sobre el estilo de vida pudieron mejorar significativamente la calidad de su dieta. Aumentaron su ingesta de fibra dietética, mejoraron la calidad de las grasas en su dieta y aumentaron su consumo de verduras, frutas y bayas. También se observó una pérdida de peso y, aunque todos eran físicamente muy activos al inicio del estudio, lograron mantener estos hábitos a lo largo de este.
Con estos cambios, fue posible reducir el deterioro del metabolismo de la glucosa. Así, la prevalencia de diabetes tipo 2 fue significativamente menor en el grupo de intervención sobre el estilo de vida que en el grupo de control. Los efectos de los cambios en el estilo de vida fueron igualmente significativos para los individuos, independientemente de si tenían un riesgo genético bajo o alto.
“Estos resultados animan a todo el mundo a realizar cambios en el estilo de vida que favorezcan la salud. Además, demuestran la eficacia de la orientación sobre el estilo de vida en grupo y a través de Internet, que permite ahorrar recursos sanitarios”, ha afirmado la primera autora del estudio y profesora en la Universidad de Finlandia Oriental, Maria Lankinen.