La psiquiatra y jefa de estudios de la Unidad Docente de la Red de Salud Mental de Vizcaya, Eva Garnica, ha apuntado que la dieta repercute en la salud mental, de forma que está demostrado que una alimentación mediterránea puede proteger frente a la depresión, mientras que la dieta occidental, basada en ultraprocesados y grasas no saludables, aumenta el riesgo.
De hecho, la especialista ha aludido a diversos estudios que recogen que las personas con trastorno mental grave comen habitualmente comidas más calóricas que las personas sanas y demuestran que las dietas altas en azúcar y en alimentos procesados empeoran la salud cerebral.
«Curiosamente, se ha visto que en psicosis temprana hay ya una relación de gravedad de los síntomas con mayor ingesta de calorías y menor de proteínas», ha añadido.
Según ha señalado Garnica durante el XXXIII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría, hay diferentes hipótesis que explican el motivo por el que la dieta puede ser dañina para la salud mental, «desde la inflamación, a la modificación de la microbiota, las alteraciones metabólicas y otros».
En concreto, ha profundizado sobre la inflamación, respecto a la que ha recordado que hay evidencia que ha demostrado su presencia en personas con trastorno mental grave a través de marcadores sanguíneos. A este respecto, ha señalado que las dietas altas en carbohidratos refinados, azúcar, ultraprocesados y grasas ‘trans’ aumentan la inflamación sistémica.