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Justicia injustificada

Iwao Hakamada, el condenado a muerte más viejo del mundo. | Fuente: France 24

Las injusticias que a veces, como humanos, se dan entre nosotros, provocan un dolor duradero, como debe doler una aguja continua sobre el pecho de una mariposa. Señalar la vida de una persona, enjuiciarla y enmarcar su destino, entiendo que será una tarea difícil, por más que se busque la asepsia de las leyes establecidas.

Iwao Hakamada, un japonés deshecho, acaba de ser declarado inocente después de 47 años en el corredor de la muerte por un crimen que al parecer no cometió, aunque en su momento lo declararon culpable. Sólo su vida fue verdaderamente asesinada. ¿Qué dolor nuevo se sentirá cuando uno es condenado a morir en vida por no haber matado a nadie?… Cuando se observa el comportamiento y la mansedumbre de algunos condenados, debe revisarse la pena, por si son hijos de un error fatal.

Iwao tuvo que deshacerse de todos los quereres y centrarse en un silencio redentor: pocos o nadie escucharían una defensa después de que fuera sentenciado. Todos le debemos una disculpa ya que no estamos en condiciones de devolverle los años perdidos. De reponerle la vida.

pedrouve

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