Julia Roberts regresa al cine con Cacería de brujas, una película dirigida por Luca Guadagnino que aborda los abusos sexuales en el ámbito universitario y que ha generado polémica desde su estreno en el Festival de Venecia por su supuesta falta de perspectiva feminista. La actriz interpreta a Alma, una profesora de Filosofía en Yale que se enfrenta a un dilema moral al tener que decidir si cree a su alumna más prometedora o a su mejor amigo, acusado de agresión sexual. “Si sales de la comodidad de tu casa es para ir a un lugar incómodo”, declaró Roberts al referirse a su papel y a las críticas que ha recibido la cinta.
La intérprete estadounidense considera que el arte debe provocar incomodidad y reflexión. “Creo que tienes que tener miedo. Si no lo tienes, estás demasiado cómoda en el mundo del arte”, afirmó durante un encuentro con periodistas. Para Roberts, el valor de la película reside precisamente en su capacidad de generar debate, incluso cuando las opiniones se dividen. El filme, que llega ahora a los cines, cuenta además con las actuaciones de Andrew Garfield, quien interpreta al profesor acusado, y Ayo Edebiri como Maggie, la alumna que denuncia la agresión.
Preguntada por las críticas que acusan a la película de mostrar una realidad alejada de la lucha feminista actual, la actriz respondió con cautela y brevedad. “La primera vez que oí hablar de él estaba haciendo la promoción de Wonder. Alguien me preguntó por el tema en una entrevista. Y sí, creo que, como mucha gente, pensé que no era nada sorprendente”, comentó sobre su conexión con el movimiento #MeToo. Sin embargo, reconoció que lo que más le atrajo fue “el entorno y los conflictos” del guion, que describió como “realmente interesantes”.
Roberts explicó que interpretar a Alma le resultó un desafío personal. “Me intrigaba de dónde venía eso, cuándo había empezado, y de qué se trataba”, aseguró, y añadió que “comprenderla —hablar con Luca sobre ella, entender su relación con Frederic, con Hank, y todas las decisiones que toma en la película— fue realmente un estudio apasionante de una persona”. Para la actriz, conocida por papeles icónicos como el de Erin Brockovich, este tipo de personajes le permiten explorar nuevas capas emocionales y morales.
En cuanto a su método de trabajo, Roberts destacó la importancia de seguir encontrando proyectos que le exijan salir de su zona de confort. “Eso se vuelve más difícil cuanto más trabajas, pero también más interesante. A medida que envejeces, tu punto de vista y tus recursos se amplían”, reflexionó. La evolución de su personaje, que pasa de una relación cercana con su alumna a un conflicto ético profundo, refleja, según la actriz, “cómo cada generación afronta los cambios sociales de manera distinta”.
Finalmente, Roberts subrayó el valor del diálogo intergeneracional y la necesidad de escuchar otras perspectivas. “Siempre ha existido esa necesidad de la generación joven de superar a la anterior, y eso me parece sano e importante”, señaló. “Para nosotros, abrirnos a una conversación con alguien que pueda tener otra perspectiva es vital, porque nos permite ver las cosas desde otro punto de vista”. Con Cacería de brujas, Julia Roberts invita al público a asumir la incomodidad como un espacio de aprendizaje y cuestionamiento moral.