El torero contacta con su entorno y se sincera acerca de lo ocurrido con su prometida Carmen Otte
Hace apenas una semana, el torero Juan Ortega protagonizaba titulares al dejar plantada a su prometida, Carmen Otte, minutos antes de su boda. Desde entonces, ambos intentan sobrellevar la situación por separado: mientras Otte busca refugio en Rota junto a una amiga, Ortega se refugiaría en Checa, un pueblo de Guadalajara.
Según el programa Fiesta, Ortega se trasladó a Checa para eludir a los medios tras su inesperada huida. No obstante, recientes avistamientos en Madrid lo sitúan en una iglesia de Malasaña, rezando y visiblemente afectado.
El diestro también contactado con su entorno, con quienes se ha sincerado acerca de lo ocurrido: “No lo he hecho bien, pero esto no iba bien desde hace tiempo… Ni voy a dar un comunicado ni voy a dar explicaciones. No haré nada, esto ya pasará, mañana habrá otra noticia nueva y se olvidarán”, ha indicado en declaraciones que recoge Vanitatis.
Ortega ha dejado claro que no tiene planes de reaparecer públicamente en el corto plazo, planeando reunirse con su entorno “después de Navidad”, cuando espera que las aguas se hayan calmado. Mientras tanto, Carmen Otte se refugia en Rota, apoyándose en una amiga tras el golpe emocional.
Dudas y lágrimas
Según el colaborador de Fiesta, Aurelio Manzano, Ortega albergaba dudas semanas antes de la boda, expresando su deseo de no casarse debido a diferencias entre las familias y la forma de celebrar el enlace. Testigos afirman que días antes de la boda, Ortega ya mostraba señales de descontento y había comunicado su decisión de no casarse.
Surgen misterios en torno al plantón de Ortega, incluyendo la posibilidad de una amenaza por parte de una tercera persona. El reportero Omar Suárez reveló en el programa de Emma García la existencia de una figura del pasado que amenazó con arruinar la boda, obligando al torero a cancelarlo todo.
El escándalo en torno al torero Juan Ortega continúa generando incógnitas y especulaciones, revelando un drama emocional que va más allá de una simple deserción antes del altar.