Hoy: 5 de noviembre de 2024
La jugadora de la selección española Jennifer Hermoso ha ratificado este martes en la Audiencia Nacional que el beso que le propinó el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales tras ganar el Mundial no fue consentido y que se sintió coaccionada.
Fuentes jurídicas consultadas por Europa Press han confirmado que Hermoso ha ratificado ante el juez Francisco de Jorge lo que declaró ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, antes de que se incoasen diligencias.
Este martes, Hermoso ha insistido en que el beso fue inesperado y en ningún momento consentido. Asimismo, ha reiterado que después del beso, tanto en el vuelo de vuelta a España como en su estancia en Ibiza, sufrió un atosigamiento constante que alteró su vida normal, produciéndole una situación de desasosiego y tristeza, según dichas fuentes.
La jugadora ha declarado como testigo ante el Juzgado Central de Instrucción Número 1, donde estaba citada a comparecer este martes después de que se le citase inicialmente el pasado 28 de noviembre, pero se aplazase porque dos defensas –entre ellas las del propio Rubiales– solicitaran su aplazamiento al coincidirles con otros procesos judiciales.
Hermoso ha llegado a las 9.50 horas a la Audiencia Nacional para declarar ante el juez instructor que investiga a Rubiales por los presuntos delitos de agresión sexual y coacciones por el beso en la boca que le propinó a la jugadora.
Cabe destacar que la jugadora ya había declarado ante la teniente fiscal Marta Durantez antes de la apertura de diligencias. En ese momento, Hermoso expresó que no se sintió respetada y describió la situación como algo impuesto, ajeno a su voluntad.
En su declaración, Hermoso detalló el momento en que recibió el beso de Rubiales tras la victoria en el Mundial femenino. Aseguró que se abrazó con él y comentó: “La que hemos liado”. Luego, el expresidente de la RFEF saltó sobre ella, y afirmó: “Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti”.
“Lo siguiente ya fue sus manos en mi cabeza y ya ahí no escuché nada más. Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras“, recordó Hermoso. La futbolista manifestó su sorpresa ante la situación, y destacó la importancia histórica de la victoria en el Mundial.
Hermoso reprochó que, en una persona de confianza, no se esperaría que aprovechara un momento tan significativo para realizar tal acción, incluso si fuese espontáneo. Posteriormente, compartió lo sucedido con Rubiales con sus compañeras de equipo Alexia Putellas e Irene Paredes.
En su testimonio ante el juez, Rubiales defendió el beso como una “muestra de afecto” que ocurrió de manera “natural” y con el consentimiento de Hermoso. Aseguró que preguntó a la jugadora antes de darle el beso y destacó que fue parte de una “celebración totalmente extraordinaria”. En su versión, Hermoso se fue “muerta de risa” y le dio “dos cachetes en el costado” tras el incidente.