La cantante tomó un vuelo privado directo a Jerez de la Frontera después de su concierto en Bilbao sin dar detalles de su situación actual
Isabel Pantoja, la renombrada ‘reina de la copla’, deslumbró en su actuación en Bilbao este sábado, demostrando su imponente arte y potente voz. Aunque su decisión de abandonar Cantora para facilitar su venta y trasladarse a Madrid ha estado en el centro de la atención, la intérprete de Marinero de luces ofreció una actuación magistral y cosechó un nuevo éxito en la ciudad vasca después de siete años.
La elección de Bilbao para el concierto no fue casualidad, ya que su nieto mayor, Francisco, reside en la ciudad con su madre, Jessica Bueno. Rumores sugieren que Pantoja aprovechó la ocasión para ponerse en contacto con la modelo y reunirse con su querido nieto, a quien adora, reavivando así la relación con su familia.
En medio de especulaciones sobre un posible reencuentro, la artista, acompañada por su hermano Agustín Pantoja, no reveló detalles sobre la situación familiar a su llegada al hotel en Bilbao. Aunque se han difundido rumores sobre una posible visita de Jessica Bueno al concierto con Luitingo, que viajó para sorprender a Isabel, todo apunta a que no se ha producido tal encuentro.
Además de la especulación sobre su vida personal, Isabel Pantoja enfrenta otro frente: la búsqueda de una casa en las afueras de Madrid para mudarse en las próximas semanas y decir adiós a Cantora. Sin embargo, tras su actuación en Bilbao, Pantoja tomó un vuelo privado directo a Jerez de la Frontera, dando a entender que el cambio de residencia aún no es inminente.
A pesar de gestos indicando que todo está bien, la expresión seria y la notable tristeza en el rostro de Pantoja, apenas visible entre bufanda y gafas de sol, sugieren una realidad diferente. Su actitud deja entrever una complejidad emocional que sigue intrigando a sus seguidores y a la prensa.