Hoy: 24 de noviembre de 2024
A pesar del hermetismo con el que Isabel Pantoja lleva tanto su vida privada como la profesional, no hay semana que no salga a la luz alguna información relacionada con la tonadillera. La venta de la finca Cantora; su inminente mudanza a Madrid; su negociación para que su vida se convierta en una serie gracias a una importante productora; su demanda de desahucio a Junko para echarla de su casa; su ruptura con la que era una de sus grandes amigas, Mariló de la Rubia. Tan solo algunos ejemplos de que cada movimiento que hace la tonadillera se filtra a la prensa.
Algo que no hace ninguna gracia ni a Isabel ni a su hermano Agustín Pantoja. Y por eso, buscando preservar al máximo su privacidad, la artista ha tomado una decisión drástica a la que hasta ahora se había resistido dando un voto de confianza a su equipo. Y es que tal y como ha contado Kike Calleja en Fiesta ha impuesto a sus trabajadores que firmen un contrato de confidencialidad para acabar de una vez por todas con las filtraciones a diferentes periodistas que, como la propia Isa Pantoja asegura, tienen más información sobre su madre que ella misma.
Un acuerdo que la cantante de Marinero de luces habría obligado a aceptar a todo su staff de trabajo, y no solo a los más cercanos a ella como su peluquero Antonio Abad o su maquillador Alberto Dugarte sino también a los músicos de su orquesta y a los técnicos, sin importar su rasgo o función.
Como ha apuntado el colaborador de Mediaset, se trataría de un contrato de confidencialidad en el que destacan cuatro claves principales que se resumen en que no pueden pasar ningún tipo de información de todo lo que vean allí, ni de Isabel Pantoja, ni de la gente que acompaña a la tonadillera, ni lo que se comente. Tampoco se pueden hacer fotografías ni vídeos, ni distribuirlos a través de ningún medio, incluidas redes sociales.
A pesar de que la artista lleva varios meses de gira por España, no ha sido hasta hace algunas semanas cuando la firma de este acuerdo se impuso a los trabajadores. Y algunos, según Kike Calleja, se habrían negado a firmarlo, de modo que sus trabajos correrían peligro si no lo hacen para el próximo concierto.
Como en todo acuerdo de confidencialidad habría una cláusula que dejaría claro que, de incumplir lo firmado, habrá una dura sanción en forma de multa de 20.000 euros. Algo que no habría hecho gracia a algunos miembros del staff de Isabel, que estarían consultando con abogados para ver qué tienen que hacer.
Desconocemos si este contrato también ha tenido que firmarlo Anabel Pantoja, la más activa en redes sociales del equipo de trabajo de la cantante ya que a sus casi siete meses de embarazo ha decidido tomarse un respiro para preparar la llegada de su bebé y en Albacete ya no ha estado a su lado.