Son aquellos que carecen de equilibrio en el sentir, es decir, los que no se ponen a pensar que la reflexión del otro también puede ser admirable. Desde esta perspectiva España está llena de insensatos que deciden, por su cuenta, los derechos de los demás. Para los que son de extrema izquierda parecen despreciables los de extrema derecha y, los que no son de ningún extremo, navegan con unos y con otros, según conveniencia. Extremidades viene de extremos y los pies son indispensables para caminar.
Acaban de otorgarle a don Alfonso Ussía el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid. La propia Presidenta ha ido a su lugar de residencia para entregárselo junto a sus familiares y amigos. Rápidamente han saltado aquellos que consideran el ingenio, la ironía y la cultura del nieto de don Pedro Muñoz Seca como un brindis a esa “derecha despreciable” que se regala a sí misma las condecoraciones.
La inteligencia de los seres humanos se manifiesta en que puede uno coincidir o no con la opinión de los demás, pero nunca esconder su valía y sus méritos. Ussía los tiene de sobra. Pero ya se sabe lo que afirmaba Ortega: “Tres españoles, cuatro opiniones”.
Pedro Villarejo