Josefo coincide con el relato de San Mateo en la crueldad de Herodes el Grande. Tan incontenible era su miedo porque le quietasen el poder que incluso asesinó a rabinos y a algunos de sus familiares creyendo que conspiraban contra su persona. El despotismo desarrolló en Herodes un pavor inigualable de tal modo que, en las muchas esquinas de su poder, se veía traicionado por las sombras.
Ya le había advertido algún lenguaraz que las Escrituras anunciaban el nacimiento de un nuevo Rey de los judíos. Y entró en pánico. Pero sus ministros y allegados le quitaron importancia diciéndole al oído que se trataba de un bulo. ¡Es un bulo, un bulo, un bulo!, gritaban a coro los aduladores.
Hasta que los jueces se disfrazaron de magos de Oriente y le prometieron, después de rendirle pleitesía, que si de verdad aquello era un bulo, regresarían a decírselo para que todo quedase en agua de borrajas. Pero los magos no volvieron y Herodes, más miedoso que nunca, en vista de que no podía matar a los magos que le habían engañado y viendo cómo su reino podía tambalearse, decidió que murieran los niños betlemitas nacidos en la misma fecha que el Rey anunciado por los magos de Oriente.
…Aseguran muchos historiadores que a Herodes le invadió la gangrena y fue tan extremo su sufrimiento que acudió al suicidio.