Cuando los duques de Sussex abandonaron el Reino Unido en 2020, la noticia recorrió el mundo como un terremoto palaciego. El “Megxit”, como bautizó la prensa británica a su renuncia como miembros senior de la Casa Real, parecía fruto de una decisión meditada, marcada por años de tensiones y desencuentros. Sin embargo, un gesto aparentemente simbólico podría haber precipitado su salida: una foto oficial, según una información publicada en El Litoral.
La imagen, tomada en el Salón del Trono del Palacio de Buckingham, mostraba a la reina Isabel II, al entonces príncipe Carlos, a Guillermo y al pequeño George. Harry no aparecía. Y, para él y Meghan, ese detalle fue suficiente para encender todas las alarmas.
Según Andrew Morton, autor de ‘Meghan: A Hollywood Princess’, ese retrato fue leído como una señal clara: el porvenir de la monarquía estaba asegurado con los Windsor que aparecían en la imagen. Sin necesidad de ellos.
“Fue una llamada de atención”, asegura Morton. El gesto, aunque no explícito, les confirmó lo que ya sospechaban: estaban quedando fuera del centro de gravedad de la institución. Años después, Harry reconocería que él y Meghan ya pensaban en una “ruta diferente” desde 2018. Incluso habían mantenido reuniones discretas con Oprah Winfrey meses después de su boda.
El 8 de enero de 2020, todo se formalizó con un comunicado: la pareja abandonaba sus funciones oficiales y se instalaba en California. Hoy, esa foto sigue siendo vista como el símbolo de una fractura que ya no tiene vuelta atrás.