En España, se multiplican como granos de granada las incongruencias, las faltas de sentido común, los extravíos de la normalidad. Según don Manuel Machado, Granada es “agua oculta que llora” y llorando debe estar por la denuncia que le han hecho a un guardia civil, que creció mirando a la Torre de la Vela, por requerir que un valenciano, con el con el carné de conducir caducado, le hablase en español.
Pero cómo se le ocurre a este agente pedir la documentación en español a un valenciano, que también lo habla, por ser español antes que nada… Con esto de las lenguas estamos llegando al paroxismo y a la idiotez más encumbrada. Que en la Valencia de las “finas torres”, un valenciano, que a lo mejor es de Puente Genil, le exija a un guardia civil de tráfico que le hable en su idioma, sin ser idioma siquiera, supera toda reflexión y alcanza el lujo más refinado del atolondramiento.
En Veraluz nos hemos enterado de casualidad, gracias a un amigo del Cuerpo que tomaba café con los vecinos entre sorbos de melancolía. Seguramente al guardia civil denunciado de Valencia lo trasladen, por inculto.
Pedro Villarejo