Subido al caballo de todos los héroes, Garibaldi broncíneo seguirá señalando horizontes de gloria en una de las más hermosas avenidas de Buenos Aires. La mayoría de los porteños nada conoce del personaje, aquí tampoco. Sin embargo, gracias a nuestro exvicepresidente podemita, que va por la segunda taberna Garibaldi, alguna explicación histórica pienso yo que dará a los parroquianos para que puedan mojar conocimiento en su gintonic.
Si yo tuviera que resumir la personalidad del italiano, diría que Garibaldi fue apasionado, generoso y escasamente instruido. La Enciclopedia Británica le reconoce como amigo de las dictaduras y capaz de renunciar a sus principios republicanos con tal de que se llevara a cabo la unificación de Italia bajo la monarquía de los Saboya.
Vendió espaguetis y fabricó velas que no alumbrarían a santo alguno porque, aunque se declaró católico convencido creyó, como las monjas de Belorado, que el papa es un demonio. En fin, cosas de teólogos intelectuales.
…Seguro que tendrá más suerte con la taberna que con la política.
Pedro Villarejo