Más de un millón de personas fueron evacuadas en Filipinas este domingo ante la inminente llegada del supertifón Fung-wong. La tormenta amenaza la costa este del país, apenas días después de que otro tifón dejara devastación y más de 220 muertos.
Las autoridades filipinas cerraron escuelas y oficinas gubernamentales en la isla de Luzón, incluida la capital Manila. Además, se cancelaron unos 300 vuelos para proteger a los pasajeros y evitar incidentes. En Catanduanes, una pequeña isla directamente en la trayectoria del tifón, ya se sentían fuertes vientos, oleajes intensos y primeras inundaciones.
El subdirector de la Defensa Civil, Rafaelito Alejandro, confirmó que casi 1,2 millones de personas fueron evacuadas preventivamente en todo el archipiélago. En localidades como Guinobatan, en la provincia de Albay, las calles se convirtieron en torrentes de agua debido a las lluvias. Se prevé que Fung-wong descargue hasta 200 litros de agua por metro cuadrado, aumentando el riesgo de inundaciones y deslizamientos, según apunta La Prensa.
A pesar de las evacuaciones, ya se reportó al menos una muerte. Una mujer de 64 años fue encontrada entre los escombros y árboles caídos mientras intentaba abandonar su casa en Catbalogan. Los rescatistas indicaron que probablemente regresó a su vivienda por algún objeto olvidado.
El ojo de la tormenta debería tocar tierra en la provincia de Aurora entre las 20:00 y 23:00 horas locales. Allí, los residentes reforzaban sus hogares con láminas de acero y madera, preocupados por que la tormenta llegue de noche, cuando es más difícil observar los movimientos del viento y actuar ante emergencias.
Los meteorólogos advierten que fenómenos como Fung-wong son cada vez más intensos debido al cambio climático. Los océanos más cálidos fortalecen los ciclones y la atmósfera retiene más humedad, provocando lluvias más torrenciales. La semana pasada, el tifón Kalmaegi ya causó graves inundaciones y dejó un saldo de al menos 224 muertos y más de 100 desaparecidos.
Las autoridades filipinas hacen un llamado a la población a no subestimar la fuerza de Fung-wong. Aunque las evacuaciones masivas buscan salvar vidas, los riesgos permanecen altos, y cada medida preventiva puede marcar la diferencia entre la vida y la tragedia.