El bruxismo, ese hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes, afecta a muchas personas. Para tratarlo, a menudo se usan férulas de descarga, unas placas que ayudan a proteger los dientes y aliviar la tensión. Pero cuidado: los dentistas alertan de que usar estas férulas sin la supervisión adecuada puede causar daños irreversibles en la boca.
Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, explica que las férulas no son un accesorio cualquiera. “Deben fabricarse a medida, con un diseño personalizado para cada paciente”, dice. Si no se ajustan bien, pueden empeorar el problema. Por ejemplo, una férula mal hecha puede provocar luxaciones en la articulación de la mandíbula, limitación para abrir la boca, heridas en la mucosa o dolores crónicos en la articulación temporomandibular (ATM). Según ha publicado Europa Press, estas complicaciones se están viendo cada vez con más frecuencia debido a la venta indiscriminada de estos dispositivos sin control profesional.
El problema es que, a pesar de estas advertencias, todavía se venden férulas sin receta ni supervisión, incluso en farmacias y tiendas online. Esto es un riesgo serio, porque la férula modifica la forma en que la mandíbula trabaja, y solo un dentista puede controlar estos cambios para evitar daños.
Los expertos insisten en que nadie debe auto diagnosticarse ni auto tratarse con férulas compradas sin control profesional. La solución correcta es acudir a un dentista colegiado. Él realizará un diagnóstico completo y diseñará una férula ajustada a las necesidades específicas de cada paciente. Así se evita el daño y se logra un tratamiento efectivo.
El Consejo General de Dentistas pide a las autoridades sanitarias que tomen medidas para impedir la venta libre de estos dispositivos. La salud debe estar por encima de cualquier interés comercial. Si sospechas que sufres bruxismo, lo mejor es buscar ayuda profesional. Un buen diagnóstico y tratamiento a tiempo pueden evitar problemas graves y dolorosos en tu boca.