POR: EL OBSERVADOR
En estos días en que se debate la próxima renovación del Consejo General del Poder Judicial, se impone una mínima reflexión sobre la hipocresía que significa entender que candidatos avalados como independientes realmente lo sean y tengan algún valor representativo.
Todo ello por algunas sencillas razones, por ejemplo, por la irrelevancia del valor representativo del aval desde el punto y hora que cada uno de los jueces en activo en España puede avalar hasta 12 compañeros, es decir, se puede quedar bien con casi todo el mundo que te solicite un aval. Basta con abrir un grupo de ‘WhatsApp’ con tus amigos y compañeros, nadie te dirá que no, y obtener los 25 avales mínimos necesarios. Después de ello, si no tienes el apoyo y respaldo político no tienes nada que hacer.
Bajo esa fórmula se encubren como independientes auténticos apparátchik [término ruso que alude a los antiguos funcionarios profesionales de la URSS, a tiempo completo del Partido Comunista y por extensión, de la Administración soviética] de los partidos políticos. Al menos, los propuestos por las asociaciones judiciales no participan de tanta hipocresía y muestran por ello más a las claras sus afinidades políticas. Prueba evidente de lo dicho lo tenemos en anteriores y en el actual proceso.
En el pasado, nombres como el de Beatriz Grande Pesquero, obtuvo la mayor representación de avales en la historia, casi 400 avales como independiente, y no accedió al Consejo General del Poder Judicial. En la actualidad, hay auténticos apparátchik tapados que figuran como independientes. Pondremos sólo un ejemplo de cada bloque. Por el PSOE, Ángel Arozamena Laso, Director General de Justicia en los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y vinculado estrechamente con dicho partido. Por el Partido Popular, Francisco Manuel Oliver Egea, candidato del Casadismo y protegido de Enrique López, habiendo sido Director General de Seguridad en los gobiernos de Ignacio González.
En definitiva, no se llegará a un auténtico gobierno representativo de la porción judicial en el Consejo, si no se llega al principio básico de un hombre un voto, es decir, un juez un aval, y quitarle la careta a los falsos independientes.