Cada año, millones de niños regresan al colegio cargando mochilas demasiado pesadas. Según una encuesta de CEAPA, el 83 % de los escolares llevan más del 10 % de su peso corporal, el límite recomendado por la OMS y la Asociación Española de Pediatría. Esto no solo genera incomodidad, sino que puede provocar dolor de espalda a corto y largo plazo.
Los expertos alertan de que los niños entre 8 y 12 años son los más afectados, con casi nueve de cada diez llevando mochilas demasiado pesadas. Incluso los alumnos de primaria y secundaria presentan cifras preocupantes. El peso excesivo provoca tensión en los músculos y la columna, y puede afectar la postura.
Francisco Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), insiste en que la prevención es clave. Recomienda que los escolares mantengan un alto nivel de movimiento y actividad física. Es decir, no hay que quedarse en cama por el dolor. Al contrario, moverse lo más posible ayuda a reducir la duración del malestar. Solo se deben evitar aquellas actividades que realmente empeoren el dolor.
Para usar bien la mochila, los padres y docentes pueden seguir consejos simples: elegir mochilas con tirantes anchos y acolchados, ajustarlas correctamente a la espalda y repartir el peso de manera equilibrada. Nunca debe colgar de un solo hombro. Además, vaciarla de cosas innecesarias cada día y priorizar libros digitales o carpetas ligeras puede marcar una gran diferencia, según ha informado Infosalus.
El ejercicio es fundamental para fortalecer la musculatura que sostiene la columna. Actividades como nadar, caminar, correr o practicar deportes colectivos ayudan a que la espalda se mantenga fuerte y resistente. También son útiles ejercicios sencillos de estiramiento y fortalecimiento que se pueden hacer en casa, como estiramientos de brazos, tronco y piernas, o movimientos de balanceo suave.
Los niños deben aprender a cuidar su postura desde pequeños. Al sentarse en clase o en casa, es importante mantener la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. Estas prácticas combinadas con el uso correcto de la mochila reducen significativamente el riesgo de dolor y molestias.
La Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, junto a CEAPA y la Fundación ASISA, promueve campañas de concienciación sobre este tema. La clave está en la prevención: mochilas ligeras, movimiento diario y hábitos posturales adecuados. Con estas medidas, los niños pueden disfrutar del colegio sin que su espalda sufra.