Desde que se propuso el deseo de sacar a la luz nuestra historia reciente, lamenté las evidencias que saldrían, de un lado y de otro, desde un Pueblo tan calenturiento como el nuestro: Fotos, testimonios, sobresaltos…
A partir del año 1931 al 40, y puede que algo más o más que algo, las atrocidades de ambos bandos alejaron con sus salvajadas la convivencia.
La Historia necesita de su reposo para que regrese a la objetividad la desmesura y se detengan las altanerías.
Medir la sangre desde las orillas de una ladera es diseccionar parcialmente la verdad para que se enardezca la otra parte y volvamos de nuevo a la contienda. El que inventó, en caliente todavía, una memoria tan sesgada tuvo muy mala leche, extraída de antiguas vacas enfermas que prolongan sus calostros después de la parida. Merecemos la paz serena que ofrece una inteligencia al servicio de los demás y no el despropósito que surge de un alma atormentada por su incapacidad o por haberse descubierto inútil y perversa.
pedrouve